Desde que se supo de la muerte del directivo de Pronovias, las informaciones y datos sobre su fallecimiento son cada vez más dramáticos. Primero se habló de una agresión, que rápidamente fue descartada por las autoridades policiales, y después de un suicidio.
El diseñador, que se quitó la vida clavándose un cuchillo en el corazón en un centro de salud de Sitges dejó tres misivas antes de morir. Las llevaba consigo y los Mossos d’Esquadra las encontraron en el interior de su mochila.
Dos de las cartas, metidas en dos sobres cerrados con el membrete de Pronovias, estaban dirigidas a supareja y a su familia. La tercera, en un sobre abierto, era para lapolicía autonómica catalana y en ella describía el proceso depresivo por el que atravesaba y sus problemas laborales.
Mota había diseñado su última hoja de ruta tras abandonar su taller de Pronovias a mediodía del martes. Después, se dirigió al centro de salud y allí se encerró en uno de los baños. Pasados unos minutos, y como el diseñador no salía, los responsables del ambulatorio entraron y se encontraron con una escena dramática: el cuerpo del directivo estaba ensangrentado. Los Mossos d’Esquadra se personaron rápidamente allí y los médicos certificaron su muerte junto al juez, que levantó el cadáver de Manuel Mota.
La pregunta que se hacen muchos de sus amigos y familiares es por qué eligió el diseñador ese centro de salud si no era el que le correspondía. La hipótesis que se maneja es que él pensó que si el plan salía mal y no conseguía su objetivo, la agonía no iba a ser tan dura estando cerca de profesionales médicos.
Desde su entorno, algunos afirman que Mota pasaba por un buen periodo personal, pero otros hacen hincapié en que las relaciones con los dueños de la empresa en la que trabajaba (la familia Palatchi) no eran las mejores en este momento. Además, confirman que sufría procesos depresivos.
Vía Vanitatis.com
