vara y morales
Comparte en redes sociales

vara y morales
De dcha a izqda, Fernández Vara y Miguel Angel Morales.

Hay una manera distinta de contemplar el poder político, cuando se observan
atentamente las interrelaciones de una determinada organización dentro de un mismo
territorio. Así, por ejemplo, en Extremadura, conviene observar la posición de una
agrupación local en el conjunto del reparto de poderes orgánicos e institucionales. Cómo
queda representada la misma en la Diputación correspondiente y en la Asamblea
Regional. Completa el esquema la observancia del peso de cada provincia por separado
en el tinglado autonómico de poder y en la relación entre los pesos políticos de las
provincias de Cáceres y Badajoz.

En el momento presente las conclusiones son altamente significativas. A decir de los
antiguos que han vivido otras épocas, ésta de ahora se caracteriza por un egocentrismo
palpitante de los poderes existentes, en sí mismos y en relación con los otros. Pareciera
que cada uno de ellos funcionara sectariamente de manera autónoma, solo con gente de
absoluta confianza para el jefe de filas, sin relación alguna con el resto. Ni por convicción,
ni por cálculo.

A pesar de ser el PSOE un partido denominado regional, lo cierto es que en los últimos
años vuelve a trabajar por provincias, con el consentimiento del órgano regional que no
parece sentirse incómodo con la situación. De dirigir toda la política socialista extremeña
ha pasado a ser un mero figurante, en infinidad de ocasiones de tipo provincial. Los
órganos provinciales han cogido nuevamente pujanza y es en ellos donde realmente se
tratan y deciden las cuestiones que les afectan directamente, lo cual no es ni bueno ni
malo, pero si es altamente discordante con el organigrama general establecido.

Pues bien, últimamente, dentro de la provincia cacereña se viene produciendo una subida
de la representación política de los pueblos en la Diputación y en la Asamblea de
Extremadura, que conlleva lógicamente, al ser una la tarta a repartir, a una disminución de
la representación política de los núcleos o ciudades más grandes.

Muchos son los argumentos que pueden esgrimirse para defender todo esto: que la
provincia cacereña es eminentemente rural, que los pequeños pueblos tienen derechos a
ocupar lugares en Diputación y en la Asamblea, pues dan votos al partido gobernante,
que los resultados electorales de las localidades grandes no son tan óptimos como podría
pensarse…Todas estas afirmaciones tienen su razón de ser. Pero lo cierto y verdad es
que las grandes áreas de un ente provincial tienen menor representación en los lugares
donde se toman las decisiones y con ello pierden muchas veces cuotas de influencia y por
tanto recursos para los habitantes de los mismos. Casi siempre, cuando ocurre lo anterior
existe una causa, dependiente de la mala gestión política de unos líderes de
agrupaciones locales en relación con el conjunto de sus representados. Cuando estos
líderes solamente se preocupan de alcanzar, para ellos y sus allegados, puestos
importantes remuneradamente hablando, tienen la boca tapada para lanzar
reclamaciones que sirvan al interés general. Cuando las bases ni siquiera les demandan
que lo hagan se acaba cerrando un círculo vicioso y desasosegante. Así que sepan
ustedes que asistir a las exposiciones pueriles y alegrías públicas de todos aquellos a
quienes les ha tocado en el sorteo algún puesto importante levanta verdaderas olas de
impopularidad.

 

CONTEXTO ACTUAL,  es un grupo de opinión crítica, formado por especialistas en diversas materias, preocupados por la situación actual.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *