sos casco antiguo badajoz
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Se hace extraño redactar estas líneas pues son una despedida. Seis años han transcurrido desde que vecinos anónimos del casco antiguo sentimos la necesidad de organizarnos para pelear por nuestras calles, por el entorno donde educamos y criamos a nuestros hijos, donde tenemos nuestro hogar.

Por aquel entonces, nuestros representantes políticos se felicitaban por el trabajo bien hecho, las distintas administraciones públicas se mostraban ufanas con sus logros; habían construido un decorado tras el que esconder miseria, polvo e indolencia. Nosotros demostramos que aún quedaba mucho por hacer, que no había lugar para la autocomplacencia, que la situación de nuestro centro histórico era crítica, enfermo de droga, despoblación y ruina; y el empañado discurso de los políticos al fin cambió.

Desde entonces, hemos querido ser parte actora de la recuperación de nuestras calles recogiendo el sentir vecinal, sus necesidades, proyectando sus voces, sus ideas y propuestas, a las que hemos dado forma, hemos estudiado marcos legales, hemos sido críticos, sí, pero también propositivos, proactivos, útiles. Como muestra, los proyectos presentados, las actividades realizadas, las horas invertidas en escuchar.

Las plataformas únicas, las cámaras de vigilancia, las comisarías, el Consorcio, equipamientos y dotaciones del barrio, zonas infantiles, el centro de salud, un centro cívico, los espacios verdes, las fuentes, el cine de verano, la Navidad en el parque, las bibliotecas de calle, chocolatadas solidarias, pasacalles de Halloween…

Nuestros objetivos son esos y por ellos hemos trabajado con mayor o menor acierto, dejando una menor o mayor impronta. Pero poco habríamos logrado si no hubiera oídos, ojos y sensibilidad más allá de nuestra boca, de nuestras letras, de nuestro tacto. A quienes nos apoyasteis —fundaciones, políticos responsables, entidades, asociaciones, profesionales, artistas, empresarios, vecinos anónimos, fuerzas y cuerpos de seguridad—, gracias. También a los medios de comunicación que nos disteis un espacio, logrando que la humilde voz vecinal llegara más lejos.

Pero todo tiene un tiempo, un momento, y nosotros nacimos con vocación de desaparecer.

Hemos trabajado mucho, muchísimo, restando atención a nuestras familias, a nuestro descanso. Estamos agotados de sostener batallas absurdas, de navegar entre las aguas de las rivalidades de siglas, de intereses espurios. No se puede, no se debe, pelear por el arreglo de una fuente durante cinco años, por un jardín olvidado, por una calle rota o por un ruinoso centro de salud que da asistencia a 20.000 usuarios. El desgaste para exigir aquello que es básico, simple o imperiosamente necesario, mata toda credibilidad sobre quienes ostentan estos cargos y responsabilidades, y con ello, nos van matando la esperanza de ver recuperadas nuestras calles.

Por eso, ahora que se aproximan las elecciones, cuando nuestros políticos salen de sus prolongados letargos para ametrallarnos con propuestas y promesas de toda índole, cuando proliferan los fuegos de artificio y no dejan de salir conejos de sus chisteras, cuando arrecian las críticas y alabanzas y se recrudece la pugna por el poder, es tiempo de hacer el camino inverso. Porque nuestro sentido está en proyectar la voz del vecino, no otras, decidimos poner fin a un ciclo.

Nuestro trabajo está sobre la mesa, nuestra voz, nuestras necesidades y carencias son de sobra conocidas. Toca cumplir a quienes tienen el deber y la obligación de hacerlo. Y a nosotros nos toca devolver a nuestras familias y descanso aquello que durante seis años les hemos recortado.

A los vecinos, manteneos fuertes, sed cívicos, sed críticos, sed constructivos. Sed constantes.

Ya saben aquello de que los Goonies nunca dicen muerto. Los muelles de Goon prevalecerán.

Gracias y hasta otra. Nos vemos en las calles.

SOS Casco Antiguo de Badajoz.


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