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LA FUNDACION AMANCIO ORTEGA Y El BUNKER DEL NUEVO HOSPITAL DE CÁCERES, por Eduardo Corchero

OPINIÓNCÁCERES
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Así nos presentan las noticias en distintos medios:

“1,5 millones para que el nuevo hospital de Cáceres ofrezca radiología”. “Hasta   ahora la capital cacereña carece de servicio de radioterapia para los pacientes oncológicos y los enfermos de la ciudad y de la provincia que necesitan someterse a este tratamiento tienen que ser derivados a clínicas privadas con las que existen conciertos para  ofrecer este servicio”.

“El proyecto de doble búnker para Oncología Radioterápica del nuevo Hospital de Cáceres tendrá un presupuesto de 1.583.547 euros y se ejecutará en el plazo de seis meses”.

Llama la atención ante estas noticias, que algún responsable político sanitario no haga mención al informe de la SEOR, de 17 de marzo de 2017. De hecho, un informe presentado hace un año por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) alertaba de que el Sistema Nacional de Salud (SNS) necesitaba 70 equipos para cumplir con los estándares mínimos recomendados a nivel europeo. Y de los existentes, uno de cada tres se consideran «obsoletos» al tener más de 10 años de antigüedad. Tras el anuncio, el siguiente paso será formalizar la donación mediante protocolos específicos con los diferentes gobiernos autonómicos para dar paso a los procedimientos administrativos públicos necesarios para la adquisición de los equipos.

La Fundación Amancio Ortega, fundador y máximo accionista del grupo Inditex (Zara), ha donado 320 millones de euros para la adquisición de más de 290 equipos oncológicos de última generación que se instalarán en hospitales de todas las comunidades autónomas.

Hemos de dar las gracias a dicha Fundación (con independencia de los epítetos lanzados por algunas  mentes mezquinas), y por nuestra parte por doble motivo:

En primer lugar, porque: “Amancio Ortega dona 13 millones a la sanidad extremeña para la renovación de los equipos oncológicos. Se adquirirán cuatro aceleradores lineales “de última generación”, que se utilizan para tratar el cáncer con radioterapia en Mérida, Badajoz y Plasencia, además del nuevo hospital de Cáceres. Que sirvió para que  nuestros responsables sanitarios, conocedores de los antecedentes se “marcaran el pegote”.

Hay que ser realista y dar al César lo que es del César y efectivamente había un plan de renovación de un acelerador lineal de electrones en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz en licitación por 3,2 m. de euros (DOE nº 35, de 20 de febrero de 2017) y continuando con las realidades también mencionar que aquel crédito extraordinario de diciembre de 2002 ( DOE nº145,  de 10 de diciembre)  por un montante de 120 m. de euros, incluía CINCO aceleradores lineales , de los cuales sólo se instalaron TRES: Mérida , Plasencia y Badajoz (donde ya había otro instalado). Cáceres disponía de un servicio concertado con la Clínica San Miguel. Situación que continúa actualmente. Aclaro esto,  pues aquí viene nuestro segundo agradecimiento a la Fundación Amancio Ortega, que nos  ha puesto de manifiesto con su donación, que dicho nuevo ( MEDIO) Hospital de Cáceres no tenía previsto entre sus instalaciones  un servicio público de Oncología Radioterápica. Una vez más hemos de dar la razón a ese informe del Tribunal de Cuentas (2011) que explicitaba  las deficiencias del proyecto. Y si de pegote iban los políticos, de pegote arquitectónico va él nuevo centro sanitario.

El sabio refranero español lo dice casi todo:” A caballo regalado no se le mira el diente” , pero lógicamente  necesita establo.

EDUARDO CORCHERO RODRÍGUEZ ES MÉDICO JUBILADO


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