CHARO 1
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CHARO 1Cuando ustedes, dilectos lectores míos, lean esta columna, la segunda votación de la legislatura apresurada –tres meses de reflexión y pocos días de agónica prisa- ya estará resuelta y acabaremos, o bien con un gobierno en minoría cogido por los pelos, o con un gobierno en coalición de bueno vale que mucho tendrá de ministerios florero y solución in extremis. Mientras tanto, estamos de siesta, de resaca, de comentario de la última ocurrencia, y sobre todo, de salida, porque se acaba julio y el que no tiene un subidón de bronceador está deseando darse a la toalla.

Y mientras, a mi señor padre se le ha desarrollado un interés muy curioso sobre el currículum  y la vida laboral de sus señorías. Cada vez que me pilla me señala al orador de turno y me pregunta ¿Y ese qué ha estudiado? Ciencias políticas, respondo mientras le cuento las pastillas de la insuficiencia cardiaca ¿Y cuántos años ha trabajado? Pocos ¿No ves la cara de jovenzuelo que tiene? A mi padre le interesa mucho saber si nuestros futuros gestores, bien pagados diputados y senadores, futuros ministrables, son profesionales de pro y gentes con estudios. Ya puestos le hace mucha gracia que Fernández Vara sea forense de profesión, Corcuera electricista y Sánchez economista. Vamos, que parece que está haciendo un estudio sociológico de los de mi amigo, el poeta y catedrático Fernando Gil Villa. Y es que mi padre, sensato donde los haya, divide las carreras en aquellas que sirven y las que no sirven, y claro, Iglesias, Sánchez y buena parte de los abogados que no han estado nunca en ejercicio porque decidieron entrar en la política antes de bregarse en el mundo laboral, le parecen unos vainas. Así, sin paliativos. Oye ¿Ese qué es? Político. No, su trabajo ¿Qué es? Abogado ¿Penalista, laboralista, juez? No, chico de pasillos, de lista, de partido, de ejercicio del puesto. Vaya ¿Y ese? ¡Esa es Ana Pastor y era la Presidenta del Congreso! ¿Y qué carrera tiene? ¡Es médico! ¿Y qué hacía en fomento? Oye, la Clemente, la de los topillos ¿Era veterinaria?

Una vez le leí a Isabel Allende, a quien amo con pasión poco académica, que Pinochet cambiaba a los ministros diciendo “Si ha podido ser ministro de agricultura sin ver una vaca en su vida, podrá serlo de educación si haber acabado la escuela elemental”. A nuestros chicos del congreso les pasa algo parecido, valen para un roto y para un descosido, eso sí, sin apearse del cargo o hacer un Maroto porque qué más da, así llenamos de contenido la España vaciada. El descrédito de la clase política es tan notorio que en la encuesta del Mundo sale vencedor del debate el amigo Abascal, será por la mirada ardorosa que se gasta ante las cámaras o que ya está uno harto de paniaguados e histéricos. Es mala época para hacer un debate de investidura. Andamos todos hablando del tiempo y de la pertinaz sequía y queremos mirar hacia adelante y no seguir dándole al discurso de las dos Españas que en realidad son la que llega a fin de mes y la que no. De todas formas, eso del mercado laboral, la cesta de la compra, el agobio diario como que no… ese no parece ser trabajo de político en activo ¿Y Colau que es? Porque Carmena era juez, dónde va a parar… Y estos ¿Cuándo se van a poner de acuerdo? Si no sirven ni para tirar entre ellos un puente ya me dirás que país van a construir…


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