El 30% de las 30 mil toneladas de salsas de tomate que la fábrica de Nestlé en Miajadas produce anualmente se exporta a países de los cinco continentes. Los destinos a los que viajan estas salsas son, por este orden, Reino Unido, Corea, Australia, Polonia, China… hasta un total de 26 países. “Nuestro tomate se cultiva en las Vegas del Guadiana y proviene de campos que están a un máximo de 50 kilómetros de nuestra fábrica. Esto nos permite tener una trazabilidad completa del producto: desde el agricultor, pasando por nuestro proveedor y hasta que llega al consumidor con nuestras salsas. Esta es la garantía que, por ejemplo, nos hace tener más peso en Asia”, explica el director del centro de Nestlé en Miajadas, César Celemín.
El destino del producto que viaja a Asia se exporta sobre todo para el sector de la restauración: restaurantes, comedores, residencias… mientras que las salsas de tomate que se envían a países de Europa u Oriente Medio, además de la hostelería, ya están llegando directamente a los hogares de los consumidores. “Que otros países estén interesados en lo que hacemos es una muestra más de que en España tenemos un gran potencial de cultivo, una buena economía circular y además unas condiciones extraordinarias: sol, agua y buena tierra”, destaca el director de la fábrica.
Producción local y sostenibilidad, ingredientes clave

Para ello, en colaboración con el proveedor, se trabaja con los agricultores de la zona que aplican técnicas respetuosas con el medio ambiente minimizando el riesgo, controlando las plagas y utilizando abonos de manera adecuada. “Esta iniciativa ha comportado una reducción de 900 millones de litros de agua de riego, el uso de un 16% menos de fertilizantes y una reducción del 21% en el uso de productos de control de plagas en el periodo 2013-2017”, señala César Celemín. De hecho, este programa ha recibido el Premio Alimentos de España a la industria alimentaria 2017 que concede el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y que pone en valor la iniciativa y la viabilidad de un proyecto que implica a todos los eslabones de la cadena de valor alimentaria.
Cada país, un sabor

Más allá de las variedades que se elaboran, destacan los múltiples formatos en los que se presentan. De media, se pueden encontrar hasta 70 formatos de producto: tarros de vidrio, brik, latas, bolsas… y de pesos diferentes. De ahí que el centro de producción cuente con un equipamiento específico para cada tipo de formato capaz de preparar hasta 400 tarros por minuto.






