Joe Biden, el candidato demócrata, ha ganado las elecciones de Estados Unidos a los 77 años de edad, una campaña marcada por la pandemia del coronavirus y un recuento de votos maratoniano que ha mantenido a sus 328,2 millones de habitantes pegados a las pantallas para conocer el resultado de las elecciones.
Pero lo que le queda a Biden por delante para habitar la Casa Blanca no es nada fácil, ya que el equipo de Donald Trump, con su líder a la cabeza, ha anunciado que llevará a los tribunales los resultados electorales, a los que ha tachado de “fraude”.
La diatriba pronunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump en una conferencia de prensa sin preguntas en la puso en cuestión nada menos que el proceso electoral americano — y en la que, una vez más, volvió a denunciar un fraude electoral sin pruebas que sustentaran sus acusaciones ni tribunal que las refrendara –, ha supuesto una ruptura entre el mandatario y su círculo íntimo de asesores con el Partido Republicano, cuya cúpula guarda un escrupuloso silencio, y con su brazo de comunicación, el canal conservador Fox News, que no le sigue en su teoría conspiranoica.
Las reacciones a la comparecencia han vuelto a poner de manifiesto las diferencias que siempre han separado a Trump del partido Republicano que dice representar. Sin ir más lejos, la noche electoral del miércoles, después de que Trump llegara a declarar su victoria electoral en pleno recuento, el líder republicano en el Senado y, a todos los efectos, máximo responsable del partido fuera de la Casa Blanca, Mitch McConnell, no dejó lugar a dudas de su postura: «Decir que has ganado las elecciones y esperar a que termine el recuento son dos cosas distintas».
Los Tribunales de Míchigan y Georgia han rechazado sendas demandas interpuestas por el equipo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para detener el recuento de votos en estos estados, claves para decantar la balanza del resultado electoral.
Presentaron la demanda después de que un observador electoral del Partido Republicano supuestamente viera unos votos anticipados no contabilizados mezclados con otros que sí. Según el expediente proporcionado por los republicanos de Georgia, las papeletas no eran muchas.