Su último videoclip “El bosque de libélulas” ya está disponible
El pacense, Carlos Terrón, más conocido por su nombre artístico, Cepa, nos presenta el videoclip de su última canción “El bosque de libélulas”. Cepa comenzó a interesarse por la producción musical desde los 14 años y desde entonces ha seguido aprendiendo de forma autodidacta para poder desarrollar sus proyectos musicales. En esta entrevista, el artista de 23 años nos habla sobre sus inicios y sus influencias, sobre cómo es su relación con las redes sociales y nos explica lo que quiere transmitir a través de su EP «Demasiadas vueltas».
¿Cuándo te empezaste a interesar por la música y por la producción musical?
– Desde siempre me ha gustado escuchar música, siempre he buscado nuevas canciones que pudiesen sorprenderme con nuevos conceptos, lo cual al principio era más fácil, y con los años se va complicando. A los 8-9 años asistí a una escuela de piano extraescolar, pero no fue realmente algo que despertase nada dentro de mí. Fue a los 14 años cuando tuve por primera vez la inquietud de componer música, ya que recién cumplida esa edad, descubrí el «rap» o «hip-hop». Mis inicios en la producción musical fueron intentando hacerme mis propias instrumentales de rap, pero me gustó tanto ese mundo que dejé de escribir letras para centrarme en la producción. Cuando noté un verdadero progreso en mis canciones, fue cuando descubrí la música electrónica, con el nacimiento de géneros como el «Dubstep» o el «EDM». Años después he decidido volver a escribir aplicando todo lo que he aprendido.
¿Cómo has adquirido tus conocimientos en producción?
– Todos los conocimientos de producción musical, edición de vídeo, y cualquier cosa que salga de mi cabeza, los he aprendido de forma autodidacta. Hoy en día tenemos toda la información necesaria en internet (me he visto más tutoriales que clases a las que he asistido). Otro factor muy importante es relacionarte con otros creadores de tu ámbito, intercambiar consejos con alguien que puede darte un feedback instantáneo es de lo más enriquecedor.
¿Te inspiras en algún artista a la hora de crear tus canciones y videoclips?
– Sí, siempre he tenido referentes para cualquier ámbito que haya tocado, es otra de las cosas que me ha hecho progresar bastante. Cuando encuentras un artista que te hace sentir cosas, sacas la motivación de donde no la hay, para quizás, ser algún día como ellos y poder expresar a otras personas. Sinceramente, he tenido toda clase de influencias, pero algunas a destacar serían «Flume», «Twenty One Pilots» y en general el mundo de la animación y las bandas sonoras.
Las canciones que has compartido de tu nuevo EP muestran estilos musicales variados. ¿Dirías que hay ciertos sonidos que definen a tus canciones?
– Hay tantas cosas que me gustaría hacer, que intento mostrar algo de variedad o versatilidad, ya que no me gustaría que se me clasificase por un género concreto. Mis amigos siempre me han dicho que, aunque cada canción sea diferente, siempre hay una esencia que suena «a mí».
El videoclip de tu última canción «El bosque de libélulas» ha tenido que ser pospuesto varias veces, una de ellas debido a la pandemia. A pesar de ello, ¿consideras que has logrado materializar las ideas que tenías para él?
– Nunca me siento satisfecho al 100% con mis creaciones, siempre les doy demasiadas vueltas (y menos hoy en día, que parece que las redes sociales te obligan a subir contenido con una frecuencia abrumadora) además, siempre idealizamos nuestras ideas y es complicado que queden tal y como quieres al materializarlas (menos aún con pocos recursos como yo) pero a pesar de los fallos que pueda tener, he conseguido expresar lo que quería, dentro de mis posibilidades.
Las redes sociales ayudan a dar difusión al trabajo de los artistas, pero a veces se olvida que el número de seguidores no debería tomarse como un medidor de calidad. ¿Cómo gestionas los pros y los contras de las redes sociales?
– Como he dicho antes, parece que ahora tienes que subir contenido semanal, o casi diario, si no quieres que las redes sociales se olviden de ti, por un lado, esto me incita a tener más actividad (lo cual es muy bueno) pero, por otro lado, no me permiten dedicarle todo el tiempo que me gustaría, sin tener esa presión.
Desde tu experiencia, ¿crees que es más difícil trabajar en proyectos artísticos en la región que en otros lugares de España?
– A no ser que vivas en unas circunstancias que realmente te lo impidan, hoy en día tenemos prácticamente todos los medios necesarios a nuestro alcance. Da exactamente igual en qué ciudad vivas, lo que importa es qué ideas tengas.
¿Qué le dirías a alguien que quiere comenzar su proyecto, pero no se atreve por limitaciones técnicas o por miedo al qué dirán?
– Que empiecen. Y que hagan lo que cualquier creador de éxito haría en sus inicios: aprovechar de la mejor manera posible los medios que tengas en ese momento (que irán mejorando con el tiempo). Por otro lado, la gente siempre va a hablar, eso es algo con lo que hay que aprender a lidiar. Mi consejo es que no tengan miedo de ser dramáticos, o de intentar hacer algo que no se haya hecho, en el momento de creación sólo existís tu obra y tú. Haz lo que mejor te haga sentir, y hazlo por ti.
¿Qué mensajes has querido transmitir a través de tu EP “Demasiadas vueltas”?
– Soy una persona que piensa en exceso, le doy «Demasiadas Vueltas» a todo, lo cual me trae muchos quebraderos de cabeza, por lo que he intentado darle la vuelta y utilizar ese «exceso de pensamiento» en una historia, contada en mis canciones. Podría decirse que es una especie de terapia para mí. Éste es un proyecto que, si todo sale como tengo pensado, durará por lo menos 10 años, en el que me gustaría ver mi propia evolución y poder mirar atrás algún día cómo comenzó todo.