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El valor de la prueba

RELIGIÓN
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¿Y no es acaso el mayor don divino? El Señor da la fuerza a los que se entregan por completo.

Es difícil expresar el sentimiento de prueba, ya que por un lado se prefiere vivir tranquilo en el Señor. Así debería ser la vida de Dios, una vida tranquila, una vida feliz, sin sobresaltos, uno va haciendo sus esfuerzos, sus sacrificios, sus renuncias, va incluso venciendo sus tentaciones y piensa que todo eso es el pago para vivir feliz, es el peaje que tiene que pagar para una vida en el Señor.

Cuan más lejos de la realidad puede ser este pensamiento tan mundano, tan de una mente racional, pero de nuevo el Señor sorprende, los planes del Señor son muy libres. El Espíritu Santo actúa a su manera, cuando tú le das tu sí al Señor, él se lo toma en serio, y hace lo que menos te esperas. Y te encuentras de nuevo, sin buscarlo, en medio de la tormenta, de nuevo en mitad de la prueba.

Que importante es estar preparado para la prueba, pues como las diez vírgenes no sabemos ni el día ni la hora, por tanto, debemos estar siempre alerta, para que cuando llegue el momento, podamos pasar la oscuridad del alma en paz. Como dice el padre Mendizábal, “ante la prueba no se improvisa, la prueba se pasa”, pero para pasarla hay que estar preparado.

Para vivirla bien, hay que haber renunciado antes a todo, sólo de esta manera nuestra voluntad será mansa y humilde y aceptará la prueba, no sin dolor, pero si con esperanza. Quizás pueda surgir el miedo, pero ahí tiene que imponerse la confianza, la confianza en el Señor, solo ahí está el sentido de la prueba, porque ante esta situación no cabe la pregunta de ¿Por qué Señor?, si no más bien ¿Para qué, Señor?

Volviendo la vista atrás, el camino de prueba, especialmente cuando te viene dada, es camino de perfección, es camino seguro, y camino por el que han caminado los grandes santos, aquellos que en su vida han sufrido persecución, incomprensión, humillaciones y difamaciones. Por eso han brillado tanto, porque se han entregado por completo, por que han aceptado la prueba como permitida por Dios, porque supieron que hacer ante esa situación, lamentarse o salir fortalecidos, dejarse vencer o dar gracias a Dios…

Qué bonito es pensarlo, escribirlo, leerlo, uno se emociona con ello, pero que difícil es vivirlo cuando se está pasando, por eso ante esto, la vista siempre puesta en el Señor, en Él, en su Sagrado Corazón.

Hasta la próxima, el escriba


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