Un estudio reciente de la Fundación Línea Directa ha revelado una estadística alarmante: las conductoras tienen un 17% más de riesgo de morir al volante que los hombres. Además, la probabilidad de sufrir una lesión cerebral grave es el doble que en el caso de los hombres. Pero, ¿qué significa realmente esta estadística y qué revela sobre la seguridad en nuestras carreteras?
Diseño del Vehículo: ¿Una Cuestión de Género?
El estudio sugiere que una de las razones de esta disparidad puede ser que los coches están diseñados pensando en la fisionomía del hombre y no en la de la mujer. Dado que la estatura media de la mujer es menor, muchas conductoras no llegan a los pedales y tienen que acercarse mucho al volante. Esto aumenta el riesgo de sufrir una lesión en el cuello, el tórax y la cara.
Además, el diseño del cinturón de seguridad puede favorecer el efecto submarining, es decir, el cuerpo de la conductora se desliza por el asiento en caso de impacto. Este deslizamiento puede provocar importantes lesiones internas por la presión de la banda inferior sobre el vientre1.
Prejuicios de Género en la Carretera
El estudio también revela que el 16% de los extremeños reconoce haber insultado a una mujer conductora aludiendo a su género. Y el 86% de los encuestados considera que aún hoy, existen muchos prejuicios contra las conductoras. Estos hallazgos sugieren que las actitudes y prejuicios de género pueden jugar un papel en la seguridad de las conductoras en la carretera.
Hacia una Mayor Seguridad para Todas y Todos
Estas estadísticas son un llamado a la acción para los fabricantes de automóviles, los legisladores y todos los usuarios de la carretera. Es esencial que se tomen medidas para garantizar que los vehículos sean seguros para todas las personas, independientemente de su género. Esto podría incluir la adaptación del diseño de los vehículos y las pruebas de seguridad para tener en cuenta las diferencias de género.
Además, es crucial abordar los prejuicios de género en la carretera para crear un entorno de conducción más seguro y respetuoso para todas las personas.
En resumen, aunque las estadísticas pueden ser preocupantes, también ofrecen una oportunidad para mejorar la seguridad en nuestras carreteras. Al reconocer y abordar estas disparidades de género, podemos trabajar juntos para hacer de la conducción una experiencia más segura para todos.
