Pedro Sánchez.

Reflexiones de Poder: Entre la permanencia y-o la partida de Pedro Sánchez

En las encrucijadas de la historia, las palabras de aquellos que han ocupado la silla presidencial resuenan con un eco que trasciende el tiempo. “Mi marcha es más beneficiosa para España que mi permanencia”, declaró Adolfo Suárez, el presidente que guió a España desde la dictadura a la democracia, al anunciar su dimisión en 1981.

Cuatro décadas después, estas palabras encuentran un nuevo reflejo en la figura del actual presidente, Pedro Sánchez, quien, sumido en la reflexión, contempla si su retiro podría servir mejor a la nación en medio de controversias llenas de alharacas, fakes y verdades a medias amén de denuncias ad hoc, que han convulsionado la vida política, social y económica de España.

La decisión de abandonar el poder, especialmente cuando no es forzada por circunstancias internas o personales, aunque se ponga el leit motiv del amor,  es un acto de introspección y, posiblemente, hasta de valentía. Suárez lo sabía bien; su renuncia fue un sacrificio personal en aras del bienestar colectivo, un gesto que buscaba preservar los frágiles cimientos de una España recién liberada. Después de cuarenta y tres años..¿ está este país igual o peor que entonces o es la denominada polarización la que abruma a todos, incluso al presidente Sánchez?

Hoy, Sánchez se enfrenta a su propio dilema, con la mirada puesta en el legado que desea dejar y las consecuencias de su posible partida.

El paralelismo entre ambos líderes no es solo una cuestión de circunstancias, sino también de filosofía de liderazgo. Obvio.

La humildad ante el cargo, el reconocimiento de que la permanencia en el poder no es un fin en sí mismo, y la comprensión de que la verdadera medida de un líder se encuentra en su capacidad para anteponer el interés nacional a su propia carrera política, son lecciones que resuenan con fuerza en las palabras de Suárez y que ahora retumban en los pasillos del poder donde Sánchez medita su futuro.

En síntesis, cómo las decisiones de ayer pueden iluminar el camino de hoy, y cómo la sabiduría de un presidente puede convertirse en la brújula de otro.

La marcha de Suárez y la reflexión de Sánchez son dos momentos distintos unidos por un hilo común: la búsqueda de lo que es mejor para España. Se supone, claro. Y en esa búsqueda, quizás la respuesta no resida tanto en la decisión misma, sino en la capacidad de cuestionar y evaluar el propio liderazgo con honestidad y coraje.

Vamos a esperar este lunes 29 de abril de 2024, curiosamente festividad de S. Pedro Mártir,  a ver y saber qué decide Sánchez en la resolución de su dilema. En estos últimos cinco días se ha especulado tanto, se ha opinado a raudales por una enorme hornada de tertulianos y columnistas que todo lo saben y que al más común de los mortales le tienen más confundido que el propio presidente de España, siendo él  el único que sabe lo que va a decidir.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón, un auténtico killer político, con sus errores y peculiaridades, con una trayectoria super discutida en los últimos seis años de ejercicio político, el denominado » puto amo» por su ministro Puente, el estratega que hasta el día de hoy parece que todo lo puede, se podría desinflar y pasar a ser el más común de los mortales o seguir en la Moncloa, mientras se somete a una cuestión o moción de confianza porque después de cinco terribles días, en todos sus ángulos, no puede quedar tal situación en agua de borrajas y aquí no ha pasado nada.

¿ Será un plebiscito público el que le tumbe? Y dicho lo cual, para qué opinar si realmente lo que nos falta es la información real de lo que le sucede a este hombre, –  mucho se opina y especula al respecto, no solo es lo relativo a su esposa, no, no -, siendo como es un vivo ejemplo de la resistencia que puede, o no, quedarse en fragilidad, vulnerabilidad, resignación, renuncia o abandono.

Alea iacta est. Porque, como ya hemos dicho…Sánchez se enfrenta a su propio dilema, con la mirada puesta en el legado que desea dejar y las consecuencias de su posible partida.

Paco de Borja

Director.