Aunque el azar es el protagonista principal en la mayoría de juegos de casino, una buena estrategia de juego basada en el manejo de las probabilidades puede transformar a un matemático en un verdadero profesional de las apuestas. Sin embargo, es necesario que este entienda qué tipo de juegos elegirá y cuáles son las reglas y mecánicas de juego. De acuerdo a los expertos en apuestas, los juegos de casino se pueden clasificar del mejor al peor para que un matemático pruebe vencerlos, y hoy te contaremos desde cuál es el más atractivo hasta el que no lo es en lo absoluto.
Muchos apostadores novatos desconocen cuáles son los juegos que, matemáticamente hablando, le dan más oportunidades al jugador de ganar, o al menos le reducen la ventaja a la casa. De hecho, hay algunos juegos que por su división de probabilidades no se permiten para cumplir los requisitos de apuestas de los bonos como, por ejemplo, el de 10 euros gratis sin depósito, ya que facilitan muchísimo el trabajo para alguien que sea lo suficientemente hábil para las matemáticas.
A continuación, verás cuáles son los juegos que, del mejor al peor, preferiría un matemático que busca vencer a la casa en su propio juego.
1. Blackjack
Esto no es sorpresa para nadie, pues existen muchas películas que muestran cómo los jugadores hábiles en matemáticas pueden sacar ventaja de estrategias como el conteo de cartas. El conteo de cartas, no es más que un método un tanto mecánico de reducir las opciones que restan de una baraja. En realidad, se basa en la probabilidad, pues a medida que se muestran cartas, se puede inferir qué viene luego.
Todo esto no supondría un gran riesgo si no se tratase de un juego en el cual el crupier solo tiene la ventaja de pedir después del jugador y de plantarse en una cantidad que matemáticamente le da la ventaja. Vamos, que esa ventaja pone a la casa a depender de la suerte casi tanto como a nosotros.
Básicamente, cualquier estrategia que juegue con las probabilidades es una amenaza para el casino. Dicho de otra forma, eliminar la ventaja de la casa o reducirla es mucho más fácil si se juega al blackjack.
2. Ruleta
La ruleta si bien es un juego que también depende del azar debido a que se basa en una bola que gira, también cuenta con un número finito de posibles resultados. Además, permite al apostador apostar a todos los números del tablero si así lo desea, por lo que muchos estrategas de este juego utilizan métodos de apuesta que cubren gran parte del tablero y aumentan muchísimo sus chances de ganar a cambio de reducir las ganancias.
Un matemático habilidoso no solo sabría cubrir el tablero con apuestas que le favorezcan, sino que combinaría el monto apostado con una estrategia de gestión de bankroll. En otras palabras, aumentaría la cantidad de intentos e intentaría sacar provecho de las eventuales victorias al maximizar los premios a largo plazo.
3. Póquer
El tercer juego que un matemático elegiría sin duda sería el póquer. Este juego ocupa el tercer puesto debido a que, si bien es susceptible a estrategias que calculen las probabilidades de que salga una carta u otra, también implica un juego psicológico donde muchos jugadores mienten sobre sus posibles resultados.
Cabe destacar que a diferencia del blackjack en el póquer se utiliza una única baraja. Por lo tanto, no se pueden repetir cartas, y con ver la cantidad de cartas que se destapan y las cartas desechadas se puede inferir rápidamente la probabilidad de tus rivales de tener una mano mejor que la tuya. Además, una buena gestión de bankroll es la clave para el éxito.
4. Los juegos que no elegiría: las tragamonedas
Por último, tenemos al juego que no funciona para ningún tipo de estrategias de juego. Las tragamonedas funcionan otorgando la mayor de las ventajas a favor de la casa. Además, estas emplean distintos software diseñados (RTP y volatilidad) para generar siempre ganancias a favor de la casa, así como también para ofrecer resultados al azar en todo momento (RNG).
Al ofrecer resultados completamente al azar, no hay manera de gestionar las probabilidades. Asimismo, tampoco podría anticipar el momento exacto en el que el algoritmo del juego liberará los premios.