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Gallardo irrumpe en la Asamblea: un viejo estilo con traje nuevo

El líder del PSOE extremeño estrena escaño y desafía a María Guardiola con una apelación al diálogo que esconde un mensaje de fondo: el PSOE vuelve a rugir desde la oposición.

Política. DEx, 1 de junio de 2025.- Miguel Ángel Gallardo cruzó este pasado jueves por primera vez la puerta de la Asamblea de Extremadura como diputado y líder del Grupo Parlamentario Socialista. Lo hizo desde la oportunidad de ocupar su escaño por renuncia de una compañera , y de otros cuatro más por encima de él en la lista socialista.

Todo un suceso que ha trascendido a nivel nacional, con tremenda repercusión y opiniones encontradas. La búsqueda de una protección a través del aforamiento no ha gustado ni siquiera a muchos militantes del PSOE extremeño, en donde Gallardo sí está afianzado en la provincia de Badajoz pero en la de Cáceres tiene críticos muy influyentes.

Gallardo ya está en el parlamento extremeño como Presidente del grupo Socialista y además incluido en la Diputación Permanente, con lo cual su reforzamiento como aforado es total. Y lo ha hecho con mucha sonrisa, más bien nerviosa, sin aspavientos, pero con una convicción clara: su entrada no era un trámite, sino una declaración de intenciones.

El ya diputado serón, que hasta ahora ejercía el poder desde la presidencia de la Diputación de Badajoz y desde los pasillos de la estrategia, ocupa ya el escaño en medio de la mayor tensión interna vivida en el PSOE extremeño en los últimos años y con la sombra aún caliente del juicio abierto por la contratación del hermano del presidente del Gobierno.

Un tono institucional, con fondo afilado

En su primer turno de palabra, Gallardo optó por un tono aparentemente conciliador, preguntando a la presidenta de la Junta, María Guardiola, “qué valor otorga al diálogo en su acción de gobierno”. La pregunta sonaba suave, casi académica, pero contenía la carga simbólica de un guante arrojado con guante blanco.

Lo que parecía una llamada al consenso escondía una estrategia doble: marcar distancias con la crispación que atribuye a la derecha y mostrar al PSOE como el único interlocutor serio ante una Junta cada vez más encorsetada por sus pactos con Vox.

La réplica de Guardiola: firmeza contenida

María Guardiola, por su parte, respondió con firmeza pero sin estridencias. Sabía que todos los focos estaban sobre ese primer cruce. Defendió su política de “puertas abiertas” pero dejó claro que no aceptará “lecciones de quienes han gobernado durante décadas y dejaron problemas enquistados”.

Fue un intercambio templado en las formas pero cargado de subtexto: Guardiola quiso dejar a Gallardo sin el monopolio del diálogo y se blindó con datos, gestión y memoria política.

La estrategia del desgaste

En el fondo, el regreso de Gallardo a la primera línea parlamentaria apunta a una estrategia clara: acelerar el desgaste del Gobierno desde el debate diario y no desde las ruedas de prensa. Su estilo directo augura una legislatura de confrontación calculada, con más táctica que estridencia.

Pero esa táctica no está exenta de riesgos: el caso judicial que le afecta sigue abierto, y ese asunto, también de evidente calado nacional le va a traer más de un quebradero de cabeza con una implacable jueza, Beatriz Diezma, que no va parar en su empeño de impartir justicia, con todos los elementos a su alcance, hasta que el caso Azagra llegue al TSJEx, a lo que hay que añadir un ambiente político de gran crispación.

Un tablero que se calienta

El tablero político extremeño ha ganado en temperatura. Gallardo ha entrado en el hemiciclo con la intención de recuperar protagonismo y marcar el ritmo de la oposición. Guardiola, de momento, mantiene el timón firme, pero sabe que ahora juega contra un contrincante más experimentado, más directo… y con muchas cuentas pendientes.

Lo que viene no será una guerra de gritos. Será una partida larga, en la que el diálogo será el disfraz de la presión. Extremadura lo empieza a notar.