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El incendio de Aliseda, con más de 4.000 hectáreas arrasadas, fue provocado por intereses económicos

Juan Preciado para Digital Extremadura, Plasencia, 18 de agosto de 2025.- El incendio declarado en la localidad cacereña de Aliseda, que hasta el momento ha calcinado más de 4.000 hectáreas, se encuentra en fase de “control”, aunque bajo vigilancia por posibles reactivaciones. La investigación apunta de forma concluyente a un origen intencionado motivado por “intereses económicos”, según confirmó este lunes el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social de la Junta de Extremadura, Abel Bautista.

Tras una nueva reunión del Cecopi celebrada en la mañana de hoy, Bautista explicó que ya se conocen la parcela exacta, la franja horaria y los dos puntos distintos en los que se inició el fuego. “El incendio de Aliseda fue provocado por una cuestión cinegética, y esto es absolutamente desalmado”, subrayó, al tiempo que reclamó que el responsable “responda cuanto antes ante donde tenga que dar respuesta”.

El consejero recalcó que el fuego, que ayer se cifraba en torno a 2.000 hectáreas, ha duplicado su superficie arrasada en apenas 24 horas. Pese a ello, aseguró que la situación actual “no preocupa” más allá de los posibles rebrotes, y trasladó un mensaje de tranquilidad a la población.

Asimismo, agradeció el trabajo de la Guardia Civil en la investigación y destacó la coordinación entre administraciones: “Gracias por trabajar una vez más de la mano, en colaboración y consenso, a pesar de lo que algunos puedan decir”.

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Cuando las palabras pesan más que el fuego

Las declaraciones de Abel Bautista van más allá de la explicación técnica de un incendio. Señalar con firmeza que detrás del fuego hay “intereses económicos” y que se trata de una “cuestión cinegética” coloca el foco en un problema recurrente y sensible en Extremadura: el choque entre la explotación del monte para la caza y la conservación del medio natural.

Calificar al autor del incendio como “absolutamente desalmado” introduce un tono inusual en un cargo público, que refleja tanto indignación política como social. Esta contundencia obliga a mirar hacia posibles presiones en la gestión del territorio, donde la caza mayor, la propiedad privada y la despoblación rural generan tensiones históricas.

El mensaje de Bautista puede interpretarse como un aviso de que la Junta no pasará por alto los intereses privados que ponen en riesgo el patrimonio natural extremeño. Pero también plantea una pregunta de fondo: ¿qué mecanismos fallan para que, en pleno siglo XXI, siga habiendo quien prenda fuego a un monte para abrir terreno a la actividad cinegética?