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El incendio de Jarilla encara un día clave con 15.500 hectáreas calcinadas y la amenaza sobre el Valle del Jerte

Juan Preciado para Digital Extremadura, Jarilla / 19 de agosto de 2025.El incendio forestal de Jarilla, que desde hace ocho días devora montes y valles de la provincia de Cáceres, ha calcinado ya 15.500 hectáreas en un perímetro de 155 kilómetros, convirtiéndose en el mayor fuego registrado en Extremadura en el último siglo. El avance hacia el Valle del Jerte y Tornavacas mantiene en vilo a vecinos y autoridades, que confían en que la jornada de hoy pueda ser determinante para la estabilización del siniestro.

Una amenaza para la Garganta de los Papúos

El consejero de Presidencia, Abel Bautista, subrayó esta mañana que el mayor peligro reside en un posible descuelgue hacia las localidades de Jerte y Tornavacas. El fuego ya ha sobrepasado la Garganta de los Papúos, quemando su parte alta, aunque la zona patrimonial y el caudal fluvial se mantienen intactos. “Se trata de un valor absolutamente importante, medioambiental y turístico para nuestra comunidad”, recalcó Bautista.

La imagen de los cerezos en Gargantilla —que en gran parte han resistido al paso de las llamas— resume la mezcla de devastación y esperanza. “El 95% de los árboles se han conservado, aunque quienes han perdido el 5% cuentan con todo nuestro cariño y apoyo”, declaró el consejero.

Poblaciones desalojadas y vigilancia constante

La situación obliga a mantener la evacuación de Rebollar, con unas 500 personas afectadas, de las cuales solo 35 permanecen en el albergue habilitado en La Bombonera de Plasencia. También continúan fuera de sus viviendas los vecinos de casas aisladas en Jerte, Navaconcejo, Tornavacas, Cabezuela del Valle y la zona periurbana de Hervás.

“No los vamos a dejar solos”, garantizó Bautista, quien añadió que el Puesto de Mando Avanzado seguirá operativo “mientras quede un solo foco activo”. La tensión acumulada en estos siete días ha puesto a prueba a los dispositivos de extinción, que trabajan sin descanso en jornadas marcadas por las reactivaciones y el viento cambiante.

Solidaridad y refuerzo de medios

El incendio ha concitado una ola de solidaridad sin precedentes. A los efectivos extremeños se han sumado unidades de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón, Madrid, Valencia, Murcia y Baleares, además de los 52 bomberos de Cataluña desplegados ya en el terreno y la ayuda internacional llegada desde Alemania. En total, operan más de 23 medios aéreos, con la previsión de alcanzar hasta 26 en las próximas horas.

El consejero insistió en que la suma de fuerzas de comunidades autónomas y países vecinos es un vuelco absoluto y subrayó que el pueblo extremeño no olvidará nunca esta respuesta.

En plena jornada crítica, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitará este martes a las 12.45 horas el Puesto de Mando Avanzado de Jarilla, acompañado de la presidenta de la Junta, María Guardiola, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana.

Con más de 35.000 hectáreas arrasadas en la región desde el inicio de la ola de incendios, lo que se libra en Jarilla es más que una batalla contra el fuego: es la defensa del patrimonio natural, cultural y humano de Extremadura. La pérdida de biodiversidad, el impacto sobre los recursos hídricos y la amenaza sobre un valle que vive del turismo y de la cereza convierten este incendio en una herida colectiva.

La esperanza, sin embargo, permanece viva entre los vecinos y los equipos de extinción. “Si el viento nos acompaña, hoy puede ser un día clave”, repiten desde las autoridades. Entre el humo y la ceniza, late un mensaje de resistencia: la voluntad de volver a levantar el Jerte, sus gargantas y sus pueblos, frente al devastador rugido de las llamas.

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El valor de lo que está en juego

El incendio de Jarilla no es solo un suceso devastador: es una advertencia. El Valle del Jerte, con sus gargantas cristalinas, sus bancales de cerezos y su biodiversidad única, no puede entenderse únicamente como paisaje. Es memoria, economía y futuro de toda una comarca.

Cada hectárea quemada significa menos sombra, menos agua retenida en la tierra, menos fauna y flora que sostengan el equilibrio de un ecosistema ya frágil. La Garganta de los Papúos, símbolo natural y turístico, representa lo que puede perderse en apenas horas de fuego desatado.

Extremadura debe asumir que los incendios ya no son episodios excepcionales, sino fenómenos recurrentes agravados por la emergencia climática. No basta con reforzar la respuesta inmediata; se necesita una política sostenida de prevención, gestión forestal, recuperación de tierras y educación ambiental.

Los vecinos de Jerte, que viven de la cereza, del turismo rural y de la hospitalidad que ofrece este valle, miran al horizonte con angustia y también con dignidad. Saben que lo que arde no es solo monte: es su modo de vida. Y saben también que, sin una acción común y decidida, la próxima primavera podría no traer la misma floración blanca que ha hecho famoso a este valle en todo el mundo.

La llama de Jarilla debe ser, además de dolor, un punto de inflexión.