Rómulo Peñalver para Digital Extremadura, 25 de agosto de 2025.- La actriz Verónica Echegui, inolvidable protagonista de Yo soy la Juani y voz irreverente de una generación, ha fallecido este domingo a los 42 años en Madrid, tras unos días ingresada en el Hospital 12 de Octubre.
La noticia, adelantada este lunes, ha sacudido al mundo de la interpretación, dejando un vacío imposible de llenar en la escena cultural española.
Una carrera intensa y luminosa
Cinco veces nominada al Goya y galardonada en 2022 por Tótem loba —su primera incursión en la dirección—, Echegui demostró que su talento no conocía fronteras entre actuar y crear. En los últimos meses brillaba con fuerza en la serie A muerte, dirigida por Dani de la Orden, donde la actriz reivindicaba la importancia de abordar la vida “con arte, alegría e irreverencia”. Su camino artístico estuvo marcado por la búsqueda constante de verdad, emoción y naturalidad en cada proyecto.
La Juani, un icono que se queda para siempre
Su nombre quedará irremediablemente unido a Yo soy la Juani (2006), aquella película de Bigas Luna que la catapultó como símbolo de barrio y resistencia femenina. Con ella, Echegui dejó una huella imborrable en la memoria colectiva, encarnando a una joven con hambre de futuro y dignidad, un papel que ella misma llenó de carne y de alma. Esa Juani rebelde y luminosa aún late en quienes la descubrieron allí por primera vez.
Adiós a una intérprete querida y cercana
El impacto de su muerte se ha multiplicado en las redes sociales, donde compañeros de profesión, amigos y espectadores han expresado su consternación. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escribió un mensaje subrayando el “talento y humildad enormes” de la actriz, cuya pérdida llega demasiado pronto. Su vida personal también estuvo bajo el foco, especialmente su relación de trece años con el actor Álex García, con quien compartió discreción y complicidad.
Lupa DEx
El fallecimiento de Verónica Echegui no es solo la pérdida de una actriz talentosa; es el adiós a una personalidad única que supo unir sensibilidad y fuerza en la pantalla. Su sonrisa abierta, su mirada cargada de vida y su capacidad para transitar de la comedia a la tragedia la convirtieron en referente de una generación que vio en ella un espejo honesto y cercano. El cine español queda hoy de luto, pero también en deuda con una mujer que rompió moldes y dejó un legado de autenticidad y valentía.