En Haití, donde las posibilidades muchas veces se ven truncadas por la desigualdad y la falta de oportunidades, Tenvil Mackenson se negó a ser una estadística más. Su historia no solo habla de éxito empresarial, sino de visión, perseverancia y compromiso con el desarrollo de su país.
Tenvil nació el 23 de julio de 1992 en Belladère, una localidad del centro del país marcada por la escasez, pero también por la fortaleza de sus comunidades. Hijo de Silianie Pierre y Tenvil Maxene, creció en un hogar humilde, rodeado de principios sólidos y trabajo duro. Desde muy joven, entendió que trabajar no era solo una necesidad, sino una forma de avanzar con dignidad. A los 14 años ya colaboraba con su padre, aprendiendo el valor de cada venta, la importancia del esfuerzo y la disciplina de los resultados.
Durante sus años de secundaria, combinaba sus estudios con responsabilidades comerciales: manejaba inventarios, atendía clientes y comprendía el valor de cada centavo. Más adelante, decidió cruzar la frontera y formarse en administración de empresas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con la firme intención de regresar a su tierra para aportar con herramientas profesionales lo que ya conocía desde la experiencia.
Su primer paso como empresario formal fue en 2010, al convertirse en distribuidor oficial de la Brasserie Nationale d’Haïti (BRANA) en su ciudad natal. Ese rol le permitió adquirir destrezas clave en el manejo de productos, rutas de distribución y comportamiento del consumidor haitiano.
En 2017, junto a sus hermanos Kenel y Frisnel, dio un paso más al crear KFM Entreprises, una empresa enfocada en la distribución de combustibles. En menos de dos años, ya habían establecido dos estaciones de servicio, consolidando una operación eficiente y bien posicionada en el mercado.
Pero el verdadero salto llegó en 2021 con el nacimiento de KFM Matériaux de Construction, una compañía dedicada a importar y distribuir materiales de construcción. En un país con profundas necesidades de vivienda y reconstrucción, la empresa pronto se convirtió en un referente para contratistas, arquitectos y familias que autoconstruyen su hogar. KFM no solo distribuye materiales: facilita soluciones, levanta sueños y abre caminos.
Actualmente, Tenvil lidera dos compañías que no solo generan empleo, sino que también capacitan jóvenes en oficios técnicos y extienden su alcance a zonas que históricamente han sido marginadas. Su visión es clara: generar impacto desde el trabajo, impulsar desarrollo desde la acción.
Tenvil Mackenson representa a una generación que eligió quedarse, invertir y construir. Eligió desafiar lo que parecía inamovible. Y gracias a eso, hoy no solo levanta estructuras: está ayudando a reconstruir la esperanza.
