Rómulo Peñalver para Digital Extremadura, 11 de septiembre de 2025.- El mercado del wellness ya no es un lujo ocasional, sino una práctica diaria que mueve cifras astronómicas: 1,7 billones de euros a nivel global, casi tanto como el PIB de España. Cosmética, suplementos, gadgets y hasta almohadas de seda se venden bajo la promesa de un bienestar total. Las generaciones milenial y zeta lideran esta ola, convertidas en el objetivo preferente de marcas que han encontrado en la ansiedad y el agotamiento de los jóvenes el mejor filón comercial.
Cosmética que promete calma
Perfumes energizantes, cremas que invitan a dormir o sérums que dicen calmar: la cosmética se ha subido al tren del bienestar emocional. Según el informe The Future of Wellness de McKinsey, envejecer saludablemente es una prioridad para seis de cada diez consumidores. Lo curioso es que, pese a la incertidumbre económica, este gasto no se reduce: la salud física y mental ha pasado a ser un terreno donde pocos están dispuestos a recortar.
Vitaminas, algas y proteínas
El auge de los nutricosméticos es otro de los pilares de esta industria. Euromonitor calcula que en 2025 el mercado global rozará los 120.000 millones de euros. Hongos, algas o flor de saúco prometen energía, inmunidad y fortaleza. Ya no se trata de evitar gluten o azúcar: la moda es buscar lo que suma, desde proteínas a vitaminas encapsuladas. La belleza —dicen los expertos— ya entra también por la boca.
Tecnología del cuerpo
Anillos que miden el sueño, aplicaciones de meditación, medidores de glucosa para no diabéticos o máscaras LED de uso casero. La tecnología ha colonizado la intimidad del bienestar. En países como China, el 41% de la población usa dispositivos de salud y, en Europa, los más jóvenes duplican al resto en la adopción de estos artilugios. Lo que empezó con apps se ha convertido en una obsesión por controlar cada dato corporal.
Dormir, la nueva obsesión
El descanso ya no es solo cerrar los ojos: ahora se “optimiza”. Desde sprays de Guerlain para perfumar sábanas hasta clínicas de lujo con programas específicos de sueño. El cortisol y la melatonina son trending topic en oficinas y redes, pero especialistas advierten de un riesgo: convertir el descanso en otra fuente de ansiedad, monitorizando cada minuto en lugar de relajarse.
Entre redes y presión estética
Series, libros y hasta el turismo se han rendido al discurso holístico, como demuestra la tercera temporada de The White Lotus. Pero no todo es calma: la escritora Leslie Jamison alertaba en The New Yorker de la epidemia de perfeccionismo alimentada por redes sociales. La brecha entre la vida real y la vida idealizada online genera frustración, justo lo que alimenta esta industria.
Lupa DEx
El negocio del bienestar esconde una paradoja. Se presenta como un refugio frente al estrés, pero muchas veces lo multiplica al convertir cada gesto en una obligación de perfección: dormir “bien”, comer “bien”, envejecer “bien”. Mientras se venden cremas, cápsulas y gadgets a precios de oro, se olvida la raíz del malestar: una sociedad hiperproductiva que exprime a las nuevas generaciones. Como recuerda el filósofo Juan Evaristo Valls Boix, la depresión no se cura con suplementos, sino transformando las estructuras que la generan. Quizá el verdadero bienestar no esté en el mercado, sino en cambiar la manera en que vivimos y trabajamos.