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Se inicia la temporada de caza en Extremadura con 1.500 monterías previstas hasta febrero

Las lluvias mejoran las especies y los cazadores mantienen el pulso de una tradición que mueve millones de euros en la región

Juan Preciado para Digital Extremadura, Cáceres, 11 de octubre de 2025.- La temporada de caza mayor ha arrancado en Extremadura con fuerza. Desde comienzos de octubre y hasta el 15 de febrero, los montes de la región acogerán alrededor de 1.500 monterías, con una media de 75 cada fin de semana. El tiempo ha favorecido notablemente la vegetación y, por ende, la calidad y cantidad de las especies cinegéticas.

La región mantiene en vigor unas 50.000 licencias de caza, un número estable que refleja el arraigo de una actividad que combina tradición, naturaleza y economía.

Cazadores de medio mundo en los montes extremeños

La afición trasciende fronteras. A las sociedades locales se suman cada temporada participantes de otras comunidades autónomas, de Europa e incluso de América y Asia, atraídos por la calidad de los cotos y el prestigio de las monterías extremeñas.

Un motor económico y social en la región

La caza no solo es un fenómeno cultural o deportivo, sino también una fuente de ingresos vital para muchos municipios rurales. Las monterías generan miles de empleos directos e indirectos, desde guardas y rehaleros hasta hostelería, transporte y comercio local.

Según estimaciones del sector, la actividad cinegética mueve más de 400 millones de euros al año en Extremadura, situándose como una de las principales industrias verdes de la región, junto a la agroalimentación y el turismo rural.

Lupa DEx

La caza sigue siendo, pese a polémicas y debates, uno de los pilares económicos y sociales del mundo rural extremeño. Los pueblos de la región reviven con cada montería: se llenan los bares, los alojamientos y las carreteras secundarias que llevan a fincas donde la tradición se mezcla con la modernidad.

Detrás de cada disparo hay también una red invisible de empleo, conservación y vida que sostiene comarcas enteras.

La montería, más allá del trofeo, mantiene en pie un modo de vivir que sigue latiendo fuerte en los campos de Extremadura.