R. DEx, 29 de diciembre de 2025.
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal especializado en el robo y venta ilegal de cobre tras sustraer cerca de 3.000 kilos de este material en una empresa de la localidad pacense de Lobón. La operación, denominada “Saxum Serpens”, se ha saldado con tres detenidos y ocho investigados, todos ellos vecinos de Badajoz y Puebla de Obando y con lazos familiares entre sí.
Dos golpes, un mismo objetivo
Los hechos se remontan al pasado mes de agosto, cuando se produjeron dos robos en una empresa dedicada a la recuperación de materiales y residuos. En ambas ocasiones, los autores forzaron la puerta de acceso y la valla perimetral para adentrarse en las instalaciones y apoderarse de unos 2.700 kilos de cobre, además de herramientas eléctricas y diversos electrodomésticos.
La pista del cobre
Dado que se trataba de material fácilmente comercializable, el Equipo ROCA de la Guardia Civil de Badajoz intensificó las inspecciones en centros de gestión y reciclaje de residuos de la provincia y zonas limítrofes. Fue a mediados de septiembre cuando los agentes detectaron la entrega de casi 1.200 kilos de cobre en dos empresas de reciclaje de Badajoz y en otra situada en Sierra de Fuentes (Cáceres).
Roles repartidos y negocio en familia
El análisis del metal permitió confirmar que procedía de la empresa asaltada en Lobón. A partir de ahí, la investigación destapó la implicación de once personas emparentadas entre sí, que actuaban de forma coordinada. El grupo tenía los papeles bien repartidos: unos ejecutaban los robos, otros transportaban el material y varios se encargaban de venderlo en los centros de reciclaje. Incluso había intermediarios que cobraban una comisión por realizar las entregas a nombre de terceros.
Detenciones y diligencias
Con las pruebas reunidas, este mismo mes la Guardia Civil localizó y detuvo a tres de los implicados, mientras que al resto se les instruyeron diligencias en calidad de investigados. Todos ellos han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Badajoz, que continuará con la tramitación del caso.
La operación vuelve a poner el foco en el robo de cobre como una de las actividades delictivas más lucrativas y persistentes, especialmente en entornos industriales y rurales, y en la importancia del control sobre la cadena de compraventa de este tipo de materiales.






