PRIMAVERA

Ya
es primavera presente y aún no han cambiado las fórmulas que tenían que cambiar
pero ha llegado una posible evasión de los tragos gélidos que dejara el
invierno y se han puesto los fantasmas románticos a hacer cola en los
sanatorios de poetas a esperar la ración diaria de versos y los geranios llenan
de belleza el jardín de las avispas y las casas tienen el sol hasta en los
sótanos y huele a azahar y a gloria bendita por todos los lugares y se ha
vestido de nuevo el campo con un brillo majestuoso que más parece un paraíso
para recién llegados y la luz se mezcla con el sentimiento y el amor se mezcla
con las esperanzas y reina una sensación de sosiego que invita a reflexionar en
cómo seguir cambiando aquello que nos duele y en cómo los pueblos han de
comenzar a creer en su propio poder y en cómo el aire ha de alimentarse siempre
de polen limpio y en cómo ha de hacerse notar la vida.

 

            Y
es primavera poética con la idea puesta en las razones del hombre para
sobrevivir desde una conspiración comunal que enerve la dignidad; es primavera
como lo mejor que podía pasarnos porque viene a empujar hacia afuera los
defectos y las agonías y a recolectar hacia adentro los poemas que traen las
flores y los amaneceres en el distintivo mismo de la concordia que nos exigimos
para solidarizar nuestra ropa nueva de humanos con las intenciones nuevas del
futuro; primavera de un solo cuño por la solicitud de los tiempos y porque la
simbología atrae a los hados buenos hasta la cordura del bienestar soñado.

 

            Ya
no faltará la palabra en los foros de tabernas ni de las metáforas se dirán
maldiciones; ya rebosará de sonrisas la espera de la tienda y los precios se
escribirán en la clave que requieren los párpados para hacer acopio de estética;
en primavera los llantos tendrán lágrimas de flores y el dolor será opaco y la
voluntad será tan esplendorosa como la luz y nada de osadía quedará en el
olvido.