Digital Extremadura
Comparte en redes sociales

No hay un lobo más voraz que el hambre, ni una luna que
provoque aullidos tan lastimeros.

Vemos cifras, barajamos con los naipes señalados juegos
sucios y humillamos desdeñosos al que pierde.

Nadie puede desasirse de un destino que ya estaba en su
código genético larvado por mor de algunas cuentas                         poco corrientes.

El estigma tiene un origen cartográfico, tierras ricas que
sufrieron un expolio constante por los que hoy se arrogan el progreso.

 La rapiña de otros
seres inhumanos empeñados en futuros imperfectos.

Su odisea por mar o tierra nunca acaba y a una prueba
sucede la siguiente como anillos en las pieles de las sierpes.

Cuando llegan, los que quedan deben volver a empezar de
nuevo a buscar otro principio y ese circulo vicioso no se achata por mucho que
pongamos concertinas.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *