50 sacerdotes extremeños se quejan » de los gastos excesivos,llamativos, inoportunos y escandalosos » del arzobispo García Aracil

Medio centenar de sacerdotes de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz han remitido una carta al representante del Papa en España, Renzo Frattini, en la que exponen su queja por los «gastos excesivos, llamativos, inoportunos y escandalosos» en los que estaría incurriendo el arzobispo, Santiago García Aracil.

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 En concreto, se refieren al coste de dos obras emprendidas por García Aracil al final de su mandato, una vez que Celso Morga ha sido nombrado arzobispo-coadjutor con derecho a sucesión, como son la remodelación del seminario diocesano, presupuestada en 1,5 millones, y las obras del palacio episcopal, cuyo importe podría alcanzar una cifra similar.

 

 

   Se trata de un edificio ubicado en el centro de Badajoz, adquirido en 2001 y destinado a oficinas y dependencias de la Curia diocesana. «En contra de los criterios de austeridad pastoral y sentido común, Don Santiago García Aracil ha decidido convertir la tercera planta del edificio de la Curia en Palacio episcopal, teniendo que trasladar las dependencias allí existentes», explican los curas en la carta.

 

   Los curas barajan dos posibilidades para esta actuación. Por un lado, que García Aracil no quiera marcharse de la residencia oficial del arzobispo o trasladarse a la tercera planta del palacio episcopal, que estaría convirtiendo en «una suite de lujo», una vez que haya presentado su renuncia, según una información publicada por El Mundo, recogida por Europa Press.

 

   En opinión de los sacerdotes, «la diócesis ya tiene residencias suficientes para ofrecer tanto al arzobispo titular, al coadjutor y al emérito y al que lo sea en su día, viviendas muy dignas tanto en la ciudad de Badajoz como en la de Mérida».

 

   Asimismo, están molestos con este dispendio en una «Iglesia pobre, que peregrina en una tierra pobre», y en esta línea incluso trasladan al Nuncio que Extremadura es la región «menos desarrollada de España», pues es la única del país que es objetivo preferente para la Unión europea», y que cuenta con un elevado índice de paro que roza el 30 por ciento, aún mayor en el caso de los jóvenes.

 

   Por todo ello, los curas apelan a la «prudencia pastoral y el sentido común» para ser «una Iglesia austera, en consonancia con las realidades» del pueblo «en sintonía con la exigencia evangélica en la que tanto insiste el Papa Francisco».