Digital Extremadura

¿LOS PACTOS SON DEBILIDADES POLÍTICAS?

OPINIÓN
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La abuela estaba particularmente intranquila. Su hijo había salido por la mañana temprano a una
cercana localidad y aun no había regresado. Conducía. Había cogido el coche del garaje.

 

Eran cerca de las ocho de la noche y tampoco la había llamado por teléfono. El propósito era
hacerse un reconocimiento de la vista, en la Residencia Universitaria. Cosa más o menos rápida,
según le había dicho.

Inquieta como estaba, caminaba por el pasillo de la casa, cuando el nietillo, un chaval de cuatro,
cinco años, la abordó : «Abuela, abuela, no te preocupes, esto es que al tío lo ha parado la guardia
civil por haber cometido una falta de tráfico y se lo han llevado a la cárcel!»

La mujer soltó una carcajada y se relajó: » cariño, me acabas de tranquilizar del todo…»
Al final, afortunadamente, llegaría el viajero. No venía de estar preso, no. Le habían dilatado las
pupilas para revisarle los ojos y no se había atrevido a ponerse al volante para conducir, con la
visión no estabilizada. Tampoco había llamado y eso quizá era menos justificable, pero en fin, aún
no existían los móviles. Sería esa la razón. Jajaja.

Hoy me he acordado de la anécdota, viendo las muchas veces que en nuestros días queremos
matar las moscas a cañonazos. Como sinónimo de seguridad en lo que hacemos o vaya usted a
saber…

Aunque a mi la experiencia me ha demostrado que los inflexibles o son muy buenos en todo lo
que hacen o son muy cínicos. Quizá más lo segundo que lo primero. Pero también que la
sociedad quiere «líderes» duros y no de consenso, ni indulgentes, facetas ambas que se toman
como debilidades.

Por eso la mujer lo tiene complicado en política. Pasa de «bruja» o «gobernanta» a «debilucha» o
«influenciable» en décimas de segundo. Sin términos medios. Si se enfada es una histérica. Si
aguanta es que no tiene sangre. Y eso por no hablar de la variable sexual, usada a veces para
desprestigiar la propia competencia intelectual, aún cuando lo que se diga sea falso.

Sorprende que las mujeres en general aún no se hayan dado cuenta de lo qué ocurre. O que
dándose, nunca hayan tomado decisiones al respecto. O hayan transigido. O hayan traicionado a
las de su mismo sexo. Y no estoy hablando de cuotas. El rol político es un rol plenamente
masculino, esto es innegable y como tal se ha impuesto en los modos y costumbres de la
ciudadanía. Que lo defiende. Para liderar hay que hacer ostentación del mando y del ejército que
se tenga. De un ejército estructurado en grupos de fieles a los que se da y que dan. El líder debe
ser jefe y como tal, comportarse. Y si es agresivo, mejor.

Pues hasta aquí hemos llegado. Las tendencias que muestran los cuestionarios de opinión, que
continuamente se hacen contestar a los contribuyentes, hablan de que el abanico de fuerzas
políticas que surja después de la próximas elecciones, municipales y autonómicas, será tan
abierto que nadie podrá considerarse único vencedor. O pacta o no gobierna. Así que lo tienen
difícil aquellos o aquellas rebosantes de testosterona política. Estén en la izquierda o en la
derecha. O consiguen cintura o no tendrán nada.

Y eso de la cintura política requiere de otro artículo. Por lo que significa de inteligencia…


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