Una hembra adulta de águila perdicera ingresa en el hospital de AMUS

Una hembra adulta de águila perdicera con treinta perdigones alojados por diferentes partes de su cuerpo por haber sido disparada, ha ingresado en el hospital de AMUS.

[Img #41958]Según AMUS, el águila perdicera desaparece-como otras tantas especies-por la acción directa del hombre, “en tan sólo veinte años se ha convertido en una rapaz con muy serios problemas de conservación”.

 

Sobre ella, añade, se están invirtiendo grandes sumas de dinero procedentes de Europa para evitar que siga atravesando ese cuello de botella que la lleve prácticamente a la desaparición.

 

En algunos lugares de España mueren, además de por electrocuciones, por disparos, “hecho que demuestra el abismal desierto cultural, educacional y de sensibilidad de una sociedad patológicamente desprovista de valores. No sabemos de quien es la culpa de este enorme problema pero es una realidad, Y antes de seguir hay que plantearse como educamos a una sociedad pensando en un futuro”, destaca la asociación.

 

Por este hecho tan grave, “queremos poner el acento en un gremio que no se depura, que recibe subvenciones públicas, que se siente con los conocimientos científicos para opinar sobre que especie pude ser cazada o no – por ejemplo el oso en el Norte de España o el lobo en Castilla-león-  que no se le puede molestar en su ejercicio venatorio ya que el ciudadano puede ser denunciado por ahuyentar a sus piezas, que hace caso omiso al envío de la información de anillas oficiales que pudieran ser encontradas y que además hay que tenerlos en cuenta por que en sus feudos habitan especies de gran valor biológico”.

 

Suben y suben los ingresos por animales disparados en el Hospital de AMUS; “el atraso secular y las grandes áreas de estancamiento e incultura son apabullantes. Algo está ocurriendo en un país ilógico, inculto e insensible que pretende vivir de unos paisajes y unas especies que él mismo ni conoce, ni valora, por eso las mata a tiros en un día de caza”.

 

“Ya decíamos que la incoherencia se ha vuelto tan cínica que es hasta tóxica como lo es el plomo de esas escopetas. Que sí marca España, que si turismo de Naturaleza…aquí tenéis, ciudadanos, lo que hacen las personas que han tenido la suerte de vivir en uno de los rincones más espectaculares del viejo continente…acribillar a perdigonazos a las joyas de un tesoro profanado, esquilmado y por supuesto nunca valorado”, resalta AMUS.