¿HA NACIDO UNA LÍDER?

No lo va a tener nada fácil esta hija de un fontanero de Sevilla y una ama de casa para constituir el próximo gobierno de Andalucía. Las urnas son caprichosas y han querido que haya dos bipartidismos: el que encarnan el PSOE y el PP, los más votados, y el que conforman el resto de fuerzas políticas, con un Podemos que no ha defraudado las expectativas aunque ha obtenido  menos diputados de los previstos por encuestas al uso. Pero sin mayoría absoluta, el pueblo no lo ha querido, los teléfonos echan humo y comienzan las negociaciones soterradas desde el minuto cero. Lo viví en Ceuta, cuando era asesor del presidente Jesús Cayetano Fortes Ramos, del Partido Popular, y el GIL se quedaba a un escaño de la mayoría absoluta. Aquello era un toma y daca, un mercadillo marroquí, un dame esto y te quedas con aquello. En fin, una merienda de negros, mientras mi pobre Jesús no salía del asombro, del porqué el pueblo le había dado la espalda.

 

Licenciada en Derecho, concejala del Ayuntamiento de Sevilla en 1999, diputada en el Congreso de los Diputados de 2004 a 2008 (legislatura Zapatero), diputada en la Asamblea de Andalucía desde 2008, senadora durante los años 2011 y 2012, consejera de la Presidencia e Igualdad en 2012 y 2013 y presidenta de la Junta de Andalucía desde el 7 de septiembre de 2013, Susana Díaz atesora una amplia experiencia política pública y de organización –comenzó su trayectoria muy jovencita en Juventudes Socialistas–, y aunque ha intentado gobernar estos casi dos años con la Izquierda Unida de Diego Valderas, ha sido más un sufrimiento que una coalición de gobierno.

 

Pero la historia se repite. No cuenta con los diputados suficientes para gobernar en solitario, a no ser que se diera en Andalucía una situación parecida a la extremeña y los que son clave para su reelección como presidenta de todos los andaluces se abstuvieran en la votación, lo cual, me parece a mí, se da una vez en la vida y es harto difícil en una región con 6 millones de electores y ocho provincias. Es ahí cuando se comprobará si realmente ha nacido una líder, con el carisma suficiente para consolidar una mayoría de gobierno, o los andaluces se han dejado llevar por una niña de 40 años embarazada, con aires de presidenta de la Junta, pero solo eso, aires.

 

De su capacidad de gestión de  esta crisis –todo lo que crea incertidumbre lo es—saldrá la presidenta de los andaluces para los próximos cuatro años o para un par de días. Lo tiene realmente difícil y no le arriendo las ganancias, porque el arco parlamentario andaluz más variopinto no puede ser y cada color tiene un programa que llevar a cabo. Buscar una colación de salvación PSOE-PP como la que se editó en Ceuta en 1999 no tiene ahora sentido, como tampoco lo tiene extrapolar los datos al resto del país. Andalucía es singular; sus gentes son singulares y su Parlamento ni les cuento.

 

Susana Díaz tendrá que hacer de tripas corazón y reflexionar muy mucho cómo un partido que ha ganado las elecciones pero que no ha conseguido la mayoría suficiente va gobernar en solitario. En estos se distinguen los verdaderos líderes: en darle la vuelta a la tortilla, pensar en positivo y hacer blanco lo que parece negro a priori. Su capacidad de gestión la ha demostrado en los dos últimos años, al igual que su tenacidad y esfuerzo, pero necesita algo más, ser líder y verse arropada en estos momentos complicados por el secretario general del PSOE Pedro Sánchez.

 

Querer convertir Andalucía en un reino de taifas únicamente la conducirá al fracaso. Es ahora cuando necesita la opinión de todos los compañeros de su partido, de los llamados barones, y después sacar una conclusión que beneficie no al PSOE sino al pueblo andaluz, del que le ha dado la confianza y del que no, porque, de serlo, será presidenta de la Junta de Andalucía, la primera institución de la Comunidad Autónoma. Desde ahí, no se gobierna para unos sí y para otros no. Desde ahí se gobierna para los 8 millones de andaluces que residen en la Comunidad de este país llamado España.

 

¿Ha nacido una nueva líder?, repregunto. En los días sucesivos tendremos la respuesta.