CACERES BIEN VALÍA LA LEALTAD A LOS PROPIOS

Pilar del Pozo Villanueva, magnífica persona y mejor profesional hasta que se demuestre lo contrario, no era uno de los tantos «imputados del PSOE de Vara» como la calificó directamente el Presidente en funciones de la Junta de Extremadura, sino que es militante del Partido Popular en Cáceres. Y no sólo eso, sino que es hija de un insigne y destacado dirigente del mismo ya fallecido. Efectivamente Juan del Pozo Caballero fue mano derecha en el Ayuntamiento de Cáceres del alcalde José María Saponi, Vicesecretario General Provincial de Acción Electoral, mientras era concejal y también fue después Diputado de la Asamblea de Extremadura.

[Img #44272]Apenas hace unos años Pilar del Pozo participó junto con su madre en la Asamblea Local del PP de Cáceres para proceder a la elección de su presidente local. Pero la relevancia y vinculación con el partido  de su familia se refuerza al entroncar la familia del Pozo de Cáceres con una de las más destacadas referencias populares en Badajoz, dado que su hermano Juan del Pozo Villanueva está casado con Maria Díaz Ambrona, hija del también muy bien recordado Adolfo Díaz Ambrona y prima hermana del que con el mismo nombre, ocupa un alto cargo en el Ministerio de Agricultura en la actualidad.

 

Existe un gran malestar y desafecto entre las bases tradicionales del Partido Popular en Cáceres por tan arriesgada operación, que no ha encontrado ni una sola queja por parte de los principales responsables del mismo, a la sazón Elena Nevado, Presidenta Local y Laureano León, Presidente Provincial y números 1 y 2 en la lista del Ayuntamiento capitalino, lo que puede haber tenido consecuencias en la retracción del voto conservador en la ciudad.

 

Los errores cometidos son graves: El  primero el de filtrar la información de una imputación de ámbito personal y privado, que afecta a personas en su labor profesional, conforme a una presunta prevaricación de la que no se da referencia de la cantidad, poniendo en el disparadero mediático a las mismas. Las fuentes consultadas,  próximas a distintos sectores conservadores en la ciudad, guardan un entrañable y grato recuerdo de Juan del Pozo, que dedicó horas, esfuerzo y tiempo a la decisiva tarea de conformar el cuadro de interventores y apoderados en todas las mesas electorales de los 218 municipios, lo que resolvía con eficacia y prontitud en cada confrontación electoral, peor organizado que nunca en estas últimas elecciones y con personas denunciadas por manipulación del voto de los mayores. El comentario: “Esto no ocurría con Juan del Pozo” ha sido reiterado más de una vez el domingo.

 

Es por ello que no han aceptado ni perdonado que Monago, en su afán de salpicar con todo lo que puede al contrincante, no hubiese contrastado primero el alcance de la publicación y en segundo lugar sus rápidas y dañinas manifestaciones al respecto, casi en mismo tiempo real que la publicación de la noticia, qué casualidad. Pero a nivel local tampoco se ha personado el silencio cómplice de los Presidentes indicados, que no han defendido el buen nombre de una militante del partido, frente a una publicidad injusta, dado que es inocente salvo que no se demuestre lo contrario.

 

Resulta que las fuentes citadas indican que mientras la administración socialista no fue sectaria en dar responsabilidad a una persona marcadamente significada con el PP, ya se verá el alcance judicial de sus actos, Monago se lanzó sin paracaídas y se columpió, haciendo grave e innecesario daño a la memoria del Partido en Cáceres en una persona vinculada a Saponi, llevando en las listas además a un sobrino de este, también del mismo nombre, José María Saponi, con buena presencia social en la Ciudad.

 

Este patinazo ha tenido consecuencias dado que las fuentes que nos informan hablan de sensibilidades populares claramente dañadas por este «todo vale» que se inició con una multitud de denuncias y procesamientos a funcionarios y contratados públicos con base en las auditorias del Tribunal de Cuentas, que en la mayoría de los casos lo que denuncian es irregularidades administrativas en el procedimiento, basadas en la complejidad o especialidad de los servicios prestados, y no en un procedimiento corrupto o de apropiación indebida. Sin embargo, este “ametrallamiento” indiscriminado y sin piedad bien puede haber costado la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Cáceres, donde los militantes del Partido Popular han castigado más el meter la cabeza debajo del ala de destacados militantes frente a la afrenta de Monago a su memoria, que las palabras incriminatorias de este.