Había expectación para ver una función teatral netamente cacereña por muchos conceptos: el autor, Isidro Timón, anterior Director del Consorcio Gran Teatro y actual monitor teatral en la Biblioteca Pública, autor moderno y adaptador clásico, que ya estrenó el anterior Festival “Okupando clásicos”.
Sabemos que no es nada fácil transformar una corta novela picaresca de J. Salas Barbadillo, que inaugura la picaresca femenina con “La hija de Celestina y La ingeniosa Elena”, en un largo y tragicocómico drama realista- costumbrista, incluyendo episodios quijotescos y otras alusiones o creaciones modernas. Pero, pese a algunos lentos momentos reiterativos, que alargan y desmayan innecesariamente la función, salvó dignamente su labor dramatúrgica.
Las dos geniales actrices, Elena, la Señora y protagonista, Asunción Mieres, alma de la premiada Cía Emulsión y también autora de obras clásicas e infantiles, alardeó de guitarrista, cantaora e histriónica transformista, ayudada de su graciosa criada Menda, la muy suelta actriz Elisabeth Ruiz, que sostiene con sus monólogos y bromas el interés de la obra, arrancando bastantes risas, sobre todo en los primeros capítulos, despertó los celos de su dama, la cual pide al autor del siglo XXI que le diera más papel y más personajes que interpretar, con permiso del autor clásico Salas Barbadillo. Sin olvidar la brillante escena en la que cantaban con otras simpáticas coreografías: cierto que la obra es muy movida y con un ritmo vivo que hace interesante el espectáculo.
Y un tercer actor, La Voz en off, que relata algún episodio, ayudando a la desmemoriada Menda, que lanzaba frecuentes ayes de dolor ante su inminente ejecución, o también transmitía órdenes de los dos autores con comentarios de actualidad y ayudado de su prodigiosa voz de buen locutor en Onda Cero, Vicente Pozas.
Al final fueron muy aplaudidas las dos estupendas actrices, que no fueron acompañadas a recibir los cálidos y prolongados aplausos por el coautor, director y escenógrafo Isidro Timón, que una vez más cosecharon un merecido éxito inaugural.