Así lo harán los representantes de ACOREX ante el Juzgado de lo Mercantil de Badajoz, una vez finalizado el plazo de llegar a un acuerdo con sus acreedores para el abono de la deuda contraída, en total, 30 millones de euros.
La Agrupación de Cooperativas de Extremadura, ACOREX, está a punto de desaparecer y los trabajadores que aún quedan en su sede irse para su casa. Se trata de la crónica de una muerte anunciada donde varias partes tienen su protagonismo, sin faltar la política, por supuesto.
El intento de llegar a un acuerdo con los acreedores por parte de Acorex ha sido en vano. En su día, ya anunció la Junta de Extremadura, desde Avante, que no era posible una quita de la deuda. El resto, entidades bancarias, proveedores y cooperativas, no han transigido y el final está a punto de llegar para un grupo cooperativo agroalimentario que ha pasado de ser un ejemplo de organización y negocio a desparecer.
El preconcurso presentado por Acorex el pasado cuatro de junio ya presagió que la solución a los problemas acarreados era muy complicada, entre otras circunstancias, porque las negociaciones eran muy enrevesadas, nada aclaratorias y sobre todo porque una deuda de 30 millones de euros pesa como en una losa en cualquier empresa, aun más en un grupo de estas características.
La realidad es que este lunes cinco de octubre se presenta el inevitable concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado de lo mercantil de Badajoz.
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