La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura ha organizado la proyección del documental “Tafos (Tάφos)”, dirigido por José María Sánchez Torreño, este jueves día 29 a las 20 horas en el Aula de Cultura de Caja Extremadura.
Tafos, narra el proceso de recuperación de los cadáveres de los alcaldes de Plasencia, Julio Durán, Malpartida de Plasencia, Pedro Mirón y otras 4 personas que se hallaban en una finca de Oliva de Plasencia. Fue en una fecha tan temprana como 1979, en medio de una tensa aventura, llena de peripecias y emociones.
El 17 de agosto de 1936 y con motivo del bombardeo por la aviación republicana sobre Plasencia, se recrudecieron los actos represivos por parte del Comandante Militar de la Plaza y las autoridades locales.
Ese día se multiplicaron las detenciones de individuos sospechosos y se asesinó, en el mismo casco urbano, a 6 personas, una de ellas una niña de 14 años.
El bombardeo y la sospecha de que en Plasencia había un red comunista clandestina que editaba propaganda en alguna imprenta local, mantuvieron la represión y así, en la madrugada del 19 de agosto se produce la penúltima «saca» de los recintos carcelarios de Plasencia.
A las «cuatro» y en la finca «El Almendral» de Oliva de Plasencia, y «por arma de fuego, como consecuencia de la Guerra Civil», fueron asesinados: Pedro Mirón García, Eleuterio González Tabernero, Abelardo Montero Curiel, Julio Durán Pérez, Consuelo Alonso Elizo y Joaquín Rosado Álvarez de Sotomayor.
Tάφos aborda, por primera vez y de forma definitiva, el proceso de localización, exhumación e inhumación digna de los restos mortales de estos 6 republicanos, que desde el 27 de octubre de 1979 descansan en paz en el Cementerio Municipal de la localidad cacereña de Malpartida de Plasencia.
Estas personas, no murieron en un frente de batalla. Fallecieron, simplemente, por ser hombres de bien. Por haber peleado en circunstancias económicas, sociales y políticas muy difíciles por mejorar el estado de bienestar de sus paisanos. Por haber tratado de conjurar el paro. Por haber traído escuelas y cultura a sus pueblos. Por haber mejorado las obras públicas de sus pueblos. En definitiva por pensar de forma diferente a sus verdugos.
Otro hecho relevante del documental es la fecha en la que se producen los acontecimientos descritos: 1979. Eran momentos mucho más complicados que en la actualidad. Con una democracia vigilada, en plena transición, la tensión y la desconfianza hacia los que todavía consideraban unos subversivos hizo toda una peripecia el poder sacar de una cuneta los cadáveres y llevarlos al cementerio.
A todo ello se une la pasión vivida en el traslado. La valentía de cerca de 2000 personas que, en una coyuntura tremendamente complicada, se atrevieron a desfilar con los féretros por el centro del pueblo.