DI ADIÓS A LOS ANTOJOS PARA SIEMPRE

¡Hola a todos!
¡Que levante la mano quien en estos días grises y otoñales esta con unos antojos constantes!

[Img #47371]

 

Todos tenemos momentos en los que nos morimos de ganas de comer un tipo de alimento en concreto. A mis clientes siempre les digo que una forma de saber si de verdad tenemos hambre y necesitamos comer es beber un buen vaso de agua y esperar 5 minutos. Pues otra forma es pensar: “¿me comería una manzana?” Si la respuesta es que no, entonces no es hambre, es un simple antojo.

 

Está demostrado que la mayoría de los antojos repentinos que tenemos de ciertos alimentos son en realidad deficiencias de algún mineral:

El antojo más común y fatídico es el de algo dulce, como algún tipo de bollería o chocolate, o de algún tipo de pan (¡incluyendo pizza!) sobre todo por la noche. Esto ocurre en gran medida porque la glucosa es el principal combustible de nuestro cuerpo y la única fuente de energía de nuestro sistema nervioso y, en cuanto bajan los niveles de azúcar, disminuyen los niveles de serotonina. La serotonina es una sustancia química que se segrega en el cerebro a partir del aminoácido triptófano por unas reacciones precipitadas por los hidratos de carbono, así que al final del día tu sistema nervioso te está pidiendo a gritos más azúcar para seguir funcionando. Por tanto, lo que nos interesa para evitar estos ataques impulsivos de carbohidratos es mantener nuestros niveles de serotonina altos y, teniendo en cuenta que ésta se forma a partir del aminoácido triptófano, debemos incrementar la ingesta de este aminoácido:

 

Proteínas, verduras y legumbres. Además, estos alimentos son de lenta absorción, liberan el azúcar a la sangre lentamente manteniendo los niveles estables a lo largo del día y proporcionando al cerebro sensación de saciedad durante más tiempo. ¡Ya no te pedirá azúcar a esas horas del día!

 

Cuando te entran unas ganas irresistibles de comer chocolate:

 La mayoría de las veces se debe a un déficit de magnesio. Sobre todo durante la menstruación, perdemos muchos minerales, especialmente magnesio y hierro. 

Lo mejor es comer frutos secos (nueces, avellanas y almendras), cacao en polvo, hojuelas o salvado de avena, de arroz o de trigo, vegetales y hortalizas (beterraga y alcachofas). Aquí tenéis un ejemplo de un desayuno o una merienda llena de magnesio, para saciar el antojo de chocolate.

 

[Img #47372]

 

*Tortita de 2 ingredientes:
-2claras de huevo
-1 banana/platano grande
-Canela y edulcorante al gusto

Batimos/licuamos todo.

Repartimos unas gotas de aceite en la sartén y echamos la mezcla. Vuelta y vuelta. Y listo!

Yo las serví con medio plátano y una cucharita de miel por encima + mi yogurt de melocotón  0% con salvado de trigo.

¿Te apetece de repente queso o algún otro alimento graso?

Seguramente tengas un déficit de ácidos grasos esenciales (Omega-3 y Omega-6) Lo que puedes combatir comiendo: Pescado (atún, salmón, caballa, sardinas, boquerón), frutos secos.

 

Calcio. Lo puedes obtener de: Avellanas, pistachos, higos secos, garbanzos y marisco. O sustituye el alimento alto en grasas que tanto te apetece por un yogur desnatado, un queso fresco o queso batido 0%. ¡Puedes añadirle un puñado de frutos secos y te olvidarás de tu antojo!

 

Si te mueres por comer algo salado, incluso unas patatas fritas, ¡lo tienes fácil! Puedes saciar tu antojo con muchísimos alimentos diferentes. Prueba batata/camote horneado hasta que quede crujiente, ¡igualita que las patatas fritas!:

 

Sodio. Combátelo comiendo: Queso fresco, pescado, carne, huevos, legumbres, vegetales y frutas

 

[Img #47370]

 

 

Potasio. Combátelo comiendo: Todas las carnes, pescado, (salmón, el bacalao, sardinas), hortalizas (brócoli, arvejas, habas, tomates y batatas) y frutas.

                                

Todo esto no significa que cuando te apetezca un trozo de queso tengas que comerte una sardina, sino que incluyendo en tu día a día todos los alimentos que contengan el mineral cuyo déficit está provocando tus antojos, poco a poco notarás que esa sensación va disminuyendo. Puede que algunos días después te siga apeteciendo queso, o chocolate, o un bollo, o lo que sea; tu cuerpo está acostumbrado a comer eso a determinada hora del día y, como bien sabemos, nuestro cuerpo es un poco lento para entender lo que está pasando… así que ayúdale acostumbrándolo, no dándole de lo que está “mal” acostumbrado.

 

     “VIVE SANO. VIVE BIEN”

 

[Img #47373]