El verano está siendo sangriento para las mujeres, pero bastaría con que una sola mujer
fuera asesinada por el hecho de ser mujer para que la sociedad en su conjunto, y en particular
las organizaciones e instituciones públicas, se movilizaran para impedir que ni una sola mujer
más muera por esta causa.
Sin embargo la violencia contra las mujeres, los crímenes machistas no cesan, y ello es
posible porque hay personas y administraciones públicas que se muestran, cuanto menos,
indiferentes ante esta violencia que cada año se cobra la vida de decenas de mujeres y de
menores utilizados como un instrumento más de la violencia machista.
Es lamentable que las administraciones públicas, que los partidos políticos, se limiten a
emitir elocuentes declaraciones o a convocar minutos de silencio. Sus obligaciones y
responsabilidades políticas van más allá de eso, y conforme a ellas deben responder adoptando
las medidas necesarias para evitar que más mujeres sigan siendo asesinadas, maltratadas,
violadas o sometidas a cualquier forma de violencia machista.
Ya nadie cuestiona que la lucha contra la violencia machista ha de abordarse desde
distintos espacios: desde la prevención mediante el fomento de la igualdad y la eliminación de
modelos violentos de referencia para los y las menores; desde la intervención garantizando la
seguridad de las mujeres que la sufren directamente y la seguridad de los/as menores
expuestos a la violencia contra su madre; desde la garantía de un futuro libre de violencia que
conlleva que la víctima pueda realizar una vida autónoma en todos los órdenes; y desde la
implantación de nuevos modelos de relaciones basados en la igualdad y la corresponsabilidad.
De la misma manera, resulta incuestionable que en la medida en que se ha visto
reducidos los recursos en políticas de igualdad y se ha apartado a las organizaciones feministas
especializadas en la lucha contra la violencia de género de las redes de prevención e
intervención, los casos de violencia lejos de disminuir han ido paulatinamente aumentando.
El número de mujeres asesinadas, el número de menores asesinados o expuestos a la
violencia machista resulta ya insoportable, y ante la indiferencia de las administraciones públicas,
ante la falta de una actuación seria y proporcionada a la gravedad de la situación, desde la
asociación Malvaluna PROPONEMOS ADOPTAR UN PACTO SOCIAL CONTRA LA
VIOLENCIA DE GÉNERO que conlleve, al menos, las siguientes medidas:
– Que el Gobierno de la nación se comprometa a:
o Realizar las modificaciones presupuestarias necesarias que incrementen en
un 20% las políticas de igualdad, y en particular a la lucha contra la
violencia de género.
o Proceder de forma inmediata a la reforma de la legislación en materia de
familia y menores para garantizar la obligatoria suspensión del régimen de
visitas de menores con padres condenados por violencia de género o con
orden de protección.
o Incrementar las medidas seguridad para las mujeres víctimas de violencia
de género.
– Que los Partidos políticos con representación parlamentaria se comprometan
a:
o Iniciar los trámites para la realización de las modificaciones presupuestarias
necesarias que incrementen en un 20% las políticas de igualdad, y en
particular a la lucha contra la violencia de género.
o Proceder a la inmediata modificación de la Ley de Igualdad y contra la
violencia de género de Extremadura para incluir en ellas a las
organizaciones feministas que vienen prestando asistencia en violencia de
género en las Red Extremeña de atención a las víctimas de violencia de
género.
o Instar al gobierno de la nación para que proceda a la inmediata reforma de
la legislación en materia de familia y menores para garantizar la obligatoria
suspensión del régimen de visitas de menores con padres condenados por
violencia de género o con orden de protección.
– Que la Junta de Extremadura se comprometa a:
o Reestructurar el actual sistema de coordinación con presencia de todas las
entidades que prestan atención en violencia de género e introduciendo
mecanismos de coordinación integral.
o Garantizar la presencia de las organizaciones feministas en las formaciones
dirigidas a los cuerpos y fuerzas de seguridad; agentes de salud, servicios
sociales y comunidad educativa en materia de igualdad y violencia de
género.
o Modificar y/o ampliar el contenido de los Registros de Órdenes de
Protección de manera que pueda determinarse el contenido específico de
las Medidas Penales y Civiles de forma que permita conocer las
consecuencias económicas que la violencia tiene sobre las mujeres y si se
adoptan o no medidas tendentes a proteger a los menores.
o Establecer mecanismos ágiles y transparentes para el acceso a la vivienda
de víctimas de violencia que se vean privadas por esta causa de su vivienda
habitual.
– Que las Diputaciones Provinciales de la Comunidad Autónoma de Extremadura
y la FEMPEX se comprometan a:
o Poner en marcha un programa dirigido a promover la implicación del
conjunto de la sociedad en la denuncia y persecución de la violencia de
género, potenciando la interrelación entre las organizaciones feministas y la
sociedad civil organizada de las distintas localidades.
Todas las medidas deberán contar con presupuesto suficiente para su desarrollo, correspondiendo su evaluación y seguimiento al Consejo de Partición de Las Mujeres de Extremadura.
Las políticas de gestos no son ya suficientes, exigimos compromisos reales frente a la
violencia de género