Hoy también y desde la misma imagen de esa Torre, contemplo con perplejidad los acontecimientos por los que España está atravesando y el riesgo que se está corriendo para que todo funcione correctamente, -desde la experiencia vivida en la política, aunque sea desde la política municipal, siento muy de cerca el esfuerzo que tienen que hacer los políticos que sienten la Idea de España, como “Patria común de todos los españoles”, esos políticos son los primeros responsables de lo que hay y de lo que se debe hacer, porque con lo que es de todos no se puede jugar, y hay que identificarse con la situación creada desde las últimas elecciones, en las que la soberanía del pueblo en libre elección no ha dado a nadie una mayoría absoluta, sino más bien una responsabilidad que hay que compartir, porque la soberanía reside en el pueblo español y nos guste o nó, el pueblo ha decidido en una situación de complicaciones de todo tipo, encargar a los políticos que consigan gobernar en beneficio de ese pueblo..
Desde el despacho de una Alcaldía, de cualquier Alcaldía, se sabe mucho de cercanías y de realidades inmediatas y a ellas hay que supeditarse al margen de ideas y pensamientos políticos. Los españoles necesitan hoy que los políticos hagan un trabajo que se adapte al día a día y a la vida real. Es decir, que hagan de la política algo normal y que debe ser aceptable en política sólo lo que sea aceptable en la vida real, si los ciudadanos piden unidad, sentido común y trabajo, se lo tenernos que dar, porque en tiempos de crisis no es comprensible ni aceptable una política de tensión.
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EL Congreso de los Diputados y el Senado ya se han constituido, y no voy a referirme al circo que han montado en la sesión inaugural del Congreso aquellos que han sido elegidos para responsabilizarse en el trabajo por el bien común, y lo que han hecho en esa primera sesión ha sido una representación esperpéntica y ridícula, que nos hace pensar en que para eso, mejor no hubiéramos votado a ninguno.
El partido que el 20-D ganó las elecciones asistió como invitado de piedra a la sesión constitutiva del nuevo Congreso, donde todo el protagonismo recayó en las “gracias impertinentes de Podemos. Mariano Rajoy y su Gobierno en funciones parecieron mero atrezo, espectadores en un Hemiciclo que hace sólo unas semanas dominaban y que ese día les parecía casi un lugar ajeno.
Se necesitan176 diputados para asegurar la presidencia del Gobierno en primera votación y el procedimiento de elección de la máxima figura política, podría repetirse tantas veces como fuera necesario durante dos meses desde la celebración de la primera sesión. Habiendo ganado las elecciones el Partido Popular solamente contaba con 123 diputados y es difícil en esta tesitura,armar un Gobierno con ellos. Algunos parlamentarios y en el Partido incluso se mostraron sorprendidos de que no hayan podido retener la Presidencia del Congreso, un puesto que normalmente pertenece al Partido más votado..
El Gobierno en funciones es consciente de la avalancha de propuestas que su oposición (por ahora) -PSOE, Podemos y Ciudadanos- va a presentar en las próximas semanas, toda una gama de medidas de carácter social con las que competir entre ellos mientras Mariano Rajoy trata de negociar su investidura y su Ejecutivo «hace lo que tiene que hacer: seguir gobernando».
. Los ministros siguen trabajando en sus despachos, han de atender las peticiones de audiencia-numerosas- de presidentes autonómicos y alcaldes para ver qué hay de lo suyo, cuándo van a comenzar a ejecutarse las inversiones previstas., igual que conforme se reanudan las reuniones de las Comisiones europeas después de la tregua navideña, De Guindos, García-Margallo, García Tejerina, preparan sus primeros viajes del año a Bruselas para seguir negociando con sus colegas de Economía, Exteriores y Agricultura como si en España no hubiera pasado nada y no va a pasar..
Porque hay que resolver los asuntos de la vida diaria