APAG Extremadura Asaja lamenta el «excesivo gasto» que soportan los agricultores en productos fitosanitarios

La organización agraria APAG Extremadura Asaja ha lamentado el «excesivo gasto» que soportan los agricultores en productos fitosanitarios, que sufre una «evolución al alza» y que, según los datos que aporta, alcanza en todo el país más de 1.000 millones de euros.

 Según señala APAG Extremadura Asaja en nota de prensa, el consumo de fitosanitario en España en 2015 experimentó un crecimiento del más del 3 por ciento respecto al año 2014, siendo la composición de las ventas por tipos de fitosanitarios consumido por los agricultores los insecticidas (en torno a un 33%); herbicidas (35%);  funguicidas (22 por ciento); nematicidas y acaricidas y otros (10 por ciento).

  

El gasto, señala la organización, es «tan desmesurado» que con estas cantidades los agricultores y ganaderos soportan una «cifra media de 4.800 euros que sumado a los bajos precios de nuestros productos, nos llevan a la mas absoluta de las miserias».

  

Y es que, según APAG Extremadura Asaja, los agricultores vienen «soportando las políticas erráticas y erradas de las diferentes administraciones públicas», imponiéndonos unas normativas de conservación «excesivamente proteccionista» hacia el medio ambiente y «siempre a costa del bolsillo de los agricultores».

  

Señala la organización que estas «políticas conservacionista impuesta por la Junta de Extremadura» por la aplicación de la Red Natura 2000 en Extremadura y más concretamente  por lo establecido en su Plan Director, «no solo nos limitan y restringe nuestras actividades agrarias sino que fomenta el uso de practicas alternativa, al empleo de plaguicidas, insecticidas, funguicidas», que según señala, «no son efectivas».

  

Apunta APAG Extremadura Asaja que los productos fitosanitarios son «cada vez más inocuos para la salud humana y el medio ambiente», pero a vez «se muestran ineficaces e inútiles para combatir las plagas y enfermedades», lo que obliga a los agricultores a «realizar varios tratamientos para obtener algún resultado y para salvar parte de la cosecha».

 

  «A ello hay que sumar que nos no permiten emplear técnicas  tradicionales mas beneficiosas para el medio ambiente y la salud humanas», entre las que cita la quema de rastrojo, que «implicaría realizar una quema controlada de las parcelas afectadas», lo que supondría «beneficios como son el control de maleza, enfermedades y plagas, reduciendo por tanto el uso de productos químicos».

 

  Por todo ello, APAG Extremadura Asaja reclama soluciones «reales y eficaces» a sus problemas y que «se dejen de políticas conservacionistas trasnochadas y caducas que solamente nos llevan a la pobreza y al subdesarrollo».