RECTIFICACIÓN de Félix Barroso Gutiérrez

  Ante el malestar suscitado en la familia del que fuera vecino de la localidad cacereña de Santibáñez el Bajo, Máximo Puertas Martín, por alusiones y comentarios realizados sobre esta persona en mi columna de “La Pingolla” (“LXXXV ANIVERSARIO”), de fecha 18 de abril de 2016, deseo puntualizar lo siguiente:

   1.- Que no consulté a los familiares de Máximo antes de escribir mi columna porque siempre consideré que mis informaciones eran solventes y dignas de todo crédito.  Parece ser que no es así, por lo que me permito rectificar y pedir sinceras disculpas si algún familiar se ha sentido ofendido por algunos de mis párrafos.

 

   2.- Hago constar que mi columna fue escrita con todo respeto y cariño hacia Máximo Puertas Martín, íntimo amigo de mi padre, siendo su mujer (Brígida Jiménez Montero) prima hermana de mi abuela materna.  Las relaciones familiares siempre fueron excelentes y continúan siéndolo con los descendientes, por ambas partes.  

 

   3.- A Máximo le conocí en vida y charlé repetidas veces con él, que me dio interesante información sobre el vivir antiguo del pueblo y de la comarca, entre ella algunas notas tristes de tiempos calamitosos.

 

  4.-  Algunas otras referencias a otros parientes de Máximo por parte paterna están expresadas con cierta soltura literaria, pero nunca en plan sarcástico y mucho menos con la intención de ofender.

 

  5.-  Mi persona, de unos años a esta parte, siempre ha estado ligado a la Memoria Histórica, recogiendo numerosa información sobre los testigos de aquella época oscura y sanguinaria, fruto de una terrible represión por la facción franco-fascista.  A Máximo le tocó vivir aquellos aciagos años. Siempre mostró ser un hombre íntegro, digno, honesto y cabal, al que le repugnaban y le seguían repugnando en vida muchos comportamientos y hechos que no podía admitir su recta y noble conciencia.