Por
mucho que con la memoria, quiera imaginar situaciones intentando subir
mentalmente a lo alto de la Peña Redonda, para ver desde lo alto, en separación
del suelo, sigo sin comprender determinadas circunstancias y actuaciones que en
la actualidad están protagonizando los nacionalistas catalanes.
He
recordado nuevamente aquella escena en la que tuve la ocasión de participar,
allá por el febrero de 2001 en la que el
Ministro Álvarez Casco en Cáceres dijo:
”El corredor de alta velocidad estará terminado en el año 2010” y allí
mismo se ofreció a firmar con Rodríguez Ibarra un compromiso para hacer constar
que el mismo trato recibiría Extremadura que Valencia”, ese día yo estaba allí
como Alcalde de Cáceres y el Presidente de la Junta también, pero el Tren de
Alta Velocidad ya funciona en Valencia hace tiempo y ahora Cataluña tiene
unidas por AVE todas sus provincias y aquí estamos en red de ferrocarriles como
hace veinte años por lo menos,
Y
también ahora, el compromiso que el Presidente del Gobierno ha adquirido
públicamente su empeño y apoyo, para seguir con las inversiones del Estado que alcanzan ya los 10.000 millones de euros desde 2000 hasta
2012 en infraestructuras ferroviarias
catalanas.
Y alguien me ha hecho llegar lo que en su
libro «El Mundo a los Ochenta Años. Parte II», editado en Madrid en
1934, el Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal escribía en un
artículo, de rabiosa actualidad a pesar del tiempo transcurrido, en el que
entre otras cosas decía:
“A guisa de explicaciones del desvío actual de
las regiones periféricas, decía el Premio Nobel ya por entonces que la causa
real carece de idealidad y es puramente económica. Se lamentaba Don .Santiago
Ramón y Cajal del desafecto a España de
Cataluña y Vasconia.”
“Si recordaran la Historia y juzgaran imparcialmente a los castellanos,
caerían en la cuenta de que su despego carece de fundamento moral, no cabe
explicarlo por móviles utilitarios. A este respecto, la amnesia de los
vizcaitarras es algo incomprensible. Los cacareados Fueros, cuyo fundamento
histórico es harto problemático, fueron ratificados por Carlos V en pago de la
ayuda que le habían prestado los vizcaínos en Villalar, ¡estrangulando las
libertades castellanas!
“A pesar de todo, esperamos que en las regiones favorecidas por los
Estatutos, prevalezca el buen sentido, sin llegar a situaciones de violencia y
desmembraciones fatales para todos. Estamos convencidos de la sensatez
catalana, aunque no se nos oculte que en los pueblos envenenados
sistemáticamente durante más de tres decenios por la pasión o prejuicios
seculares, son difíciles las actitudes ecuánimes y serenas”
“No soy adversario, en principio, de la concesión de privilegios regionales,
pero a condición de que no rocen en lo más mínimo el sagrado principio de la
Unidad Nacional. Sean autónomas las regiones, más sin comprometer la Hacienda
del Estado. Sufráguese el costo de los servicios cedidos, sin menoscabo de un
excedente razonable para los inexcusables gastos de soberanía”.
Y ahora hay que decir AMEN, el Premio
Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal se adelantó hace cerca de ochenta años, a una realidad que ahora
está haciendo peligrar la unidad de España. Y aunque no se le haya hecho mucho caso en sus
apreciaciones, a mi me ha servido para expresar esa perplejidad sentida ante
las actitudes de los que teniendo que agradecer un histórico y continuo trato
de favor, siguen manteniendo comportamientos que dicen de justicia