NO SUBESTIMEN AL DRAMA DEL PARO

En
la Conferencia de Presidentes sobre la situación económica en
España y el futuro de la Unión Europea celebrada en Octubre del
pasado año, el Presidente Rajoy y los Presidentes de las Comunidades
Autónomas compartían que el objetivo prioritario y esencial de
todas las Administraciones Públicas era volver a la senda del
crecimiento y a la creación de empleo, como garantía del Estado del
Bienestar.

En
la misma línea se apuntaba la especial relevancia para nuestro país
de apoyar la aplicación urgente de políticas de nivel comunitario
orientadas a la creación de empleo, con especial atención al
desempleo juvenil y de los trabajadores de más edad.

Una
información de expertos económicos hace unos días concluía
apuntando a que se empezarían a ver brotes verdes al final del
tercer trimestre de 2013 sin explicarnos en qué fundamentaban sus
análisis y predicciones. Es como si tuviéramos que hacer un encargo
para que se produjera un milagro, porque la base científica era la
misma que la predicción de los mayas.

También
hace unos días se analizaban las casualidades y coincidencias sobre
hechos recientes que han venido sucediendo en nuestro país. Se
levantaban voces sobre el mal funcionamiento de las instituciones y
cómo éstas influyen en la generación de una determinada opinión
en el conjunto de la sociedad. No hay nada más que volver a repasar
la última encuesta del CIS.

Y
ante ésta conclusión que se repite cada vez con mayor insistencia,
se está empezando a tener la percepción de que hay que conformarse
a la actual situación. Es como si tuviéramos que resignarnos a que
la coyuntura económica es esta y no hay otra alternativa. Como si
tuviéramos que aguantarnos y esperar a que la economía cambie y
entonces la situación económica nos pueda favorecer.

Como
si tuviéramos que resignarnos sin hacer nada, sin proponer nada
distinto de lo que se viene haciendo, cuando la situación y el
crecimiento del desempleo están motivados y tienen su origen en unas
determinadas políticas y en una serie de medidas concretas que sólo
están priorizando en la contención del gasto y el control del
déficit.

Llevamos
demasiado tiempo hablando de la economía de los números que nos han
anestesiado y nos están instalando en la resignación de que no hay
otras políticas.

Hasta
dónde está dispuesta a aguantar ésta sociedad que observa cómo
las cifras del desempleo son un drama humano cada vez mayor. Cómo
podemos permanecer cruzados de brazos ante unas cifras que nos dicen
que más del 57% de los jóvenes menores de 25 años se encuentran
sin empleo o que nuestro país supera los 6 millones de desempleados.

En
breves fechas conoceremos la EPA del último trimestre del 2012 y los
datos nos mostrarán la realidad de las políticas desarrolladas en
materia de empleo. Será el cierre de un año de ajustes y de
recortes en el ámbito del mercado de trabajo y se podrán analizar
los resultados de la reforma laboral impuesta por el actual Gobierno
del país.

Si
las conclusiones de los datos no son positivas, la situación será
aún más negativa. Porque las cosas no son igual para todos, ni
están afectando a todos por igual “no subestimen la enorme
tragedia del paro” avisaba Juncker, Presidente del Eurogrupo.

Reaccionemos
porque la desesperanza de los jóvenes y el drama de los mayores de
45 años desempleados no pueden aguantar más. Reaccionemos porque si
no éste tiempo nos paralizará y nos instalará en la enfermedad del
olvido. Y eso si que será irrecuperable.