Con el caso Bárcenas se abre la caja de pandora de la financiación de los partidos políticos, de hecho este tema, el de la financiación, es una de las causas de mayor controversia política, casi sin resolver, en muchos países de nuestro entorno. Hasta el momento, lo único probado pasa por los 22 millones de euros que Bárcenas tenía escondidos en Suiza para evitar el fisco, y que la relación con el PP era fuerte hasta el momento que se destapó la existencia de esos 22 millones de euros, cantidad abultada dónde las haya.
Rajoy dice que hay que llegar a esclarecer esta situación, casi taxativamente repitiendo las palabras que pronunció Aznar con el caso Naseiro en los años 90. Si la información del pago de «dinero en B» que hablaba el diario El Mundo se confirma, estaríamos ante un fraude a la hacienda pública, un engaño a los españoles y lo más grave estaría en el qué hay detrás de sus «pagos en B» y con qué objetivos. Situación que debe aclarar la Audiencia Nacional, además de Rajoy y sus altos dirigentes.
En el PP se respira nerviosismo. ¿Qué hay detrás de las primeras comparecencias de dirigentes significativos del PP, como Cospedal, que lanzaron mensajes personales sin desmarcar por completo al PP? ¿Qué dice Rajoy ante toda esta situación? Muchos señalan que estamos ante una explosión controlada, e incluso más de uno se atreve en apuntar a Esperanza Aguirre para salir como salvadora de esta situación.
Sin lugar a dudas hay dos factores: el primero que toda la explosión nace del mismo PP y la segunda es que la parte de la derecha afectada intentará librarse de la responsabilidad con el mensaje «todos los partidos son iguales». Veamos qué sucede cuando la función llegue al verdadero climax de la obra.