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PUES NO LO ENTIENDO

OPINIÓN
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Quizás
es que sea muy cortito o que a los de letras los números, como máximo sólo nos
ha dado para medir octosílabos en los versos, o las cuatro estrofas de los
sonetos, y no nos saquen de ahí. Pero si analizo la opinión de ciertos políticos
sobre todo de izquierdas, no me sale que 2+2 sean cinco, sino mas bien, 4 menos
1. Nunca he sido capaz de convencer a mis compañeros y amigos que simpatizan
con ideas de izquierdas, que las administraciones , de todo tipo, nunca deben
gastar más de lo que ingresan, así es que doy por supuesto, que en esta ocasión
tampoco lo conseguiré, con lo que añadiría otro adjetivo calificativo a mi
persona, además de “cortito”, “cabezón”.


Pero
nunca he entendido como una persona con ideas sociales, puede mantener una
filosofía que haga ricos a los bancos, con el dinero del sufrido ciudadano. Porque
si gastamos más dinero del que tenemos, no lo beneficiamos con mejores
servicios o inversiones, por gastar más, porque ese dinero provendrá de un
banco o una entidad financiera, que en absoluto nos lo prestará “gratis et
amore Dei”, frase latina que se convirtió en castellano en “gratis”, por
aquello de ahorrar palabras digo yo, sino que devengará intereses que tendrá
que pagar la ciudadanía, y que por lo tanto, se tendrá que restar de la
recaudación, por lo que además de hacer ricos a los bancos, producirá a corto
plazo, o un incremento de los impuestos, o una disminución de los servicios, o
sea que 2+2 no serán cinco, ni tan siquiera cuatro, sino que se convertirán en
4, menos 1. Esta filosofía del gasto desaforado para las cosas más innecesarias
por parte de la Administración, sobre todo en el período nefasto del gobierno
Zapatero, nos ha llevado a esta recesión, recortes, malestar general y
posiblemente, además del desprestigio de los políticos, a la crisis y hasta
diría el paro. Porque estos intereses, que nos ahorramos, servirían no para
pagar altos sueldos a los ejecutivos de las entidades financieras, sino en bajar
impuestos, mejorar las nóminas a los funcionarios, los servicios sociales y las
atenciones a los ciudadanos, o invertir en obras públicas, necesarias, que
aportarían trabajo a muchas empresas, y a sus trabajadores, lo que ahorraría; sufrimientos
en las familias por impagos de hipotecas, prestaciones por desempleo, y
evidentemente aportaciones de los trabajadores a las cuotas de la Seguridad
Social, lo que se convertiría en un efecto multiplicador en los resultados
económicos de la Nación.


No
tiene pues lógica el protestar porque se ajusten las entradas a las salidas, (aunque
como en todo debe predominar el sentido común y la adaptación a las
necesidades), los gastos a los ingresos, llevar a cero el balance económico e
incluso ahorrar para imprevistos, porque es el abc de cualquier economía sea
familiar, empresarial, o nacional. Pero, si el “dinero público no es de nadie”,
como afirmaba la ministra de Cultura Carmen Calvo el 29 de mayo de 2004, no
debería extrañarnos que personajes de todo tipo y partido político, se lo
encontraran y al no ser de nadie se lo quedaran. En pura lógica, el quedarse
con algo que no tiene dueño, no puede ser considerado como delito. Posiblemente
este argumento no se le haya ocurrido al abogado del sr. Urdangarín y otros
varios, pero su aplicación evitaría muchos juicios, con el consiguiente ahorro
para la Administración pública. Así quedaría aclarado, que el dinero tiene
dueño mientras está en nuestras manos, pero al salir de ellas hacia el Estado,
vía impuestos, le ocurre como a esos pobres perros a los que sus amos abandonan
en las gasolineras o en el campo, convirtiéndose en animales sin dueño y quien
los recoge , no sólo es su propietario, sino que socialmente es vista su acción
como digna de alabanza . O sea que todo este personal que se ha apropiado del
dinero que “no es de nadie”, en el fondo han hecho una buena obra, recogiéndolo
y dándole tal cariño que lo envían incluso de vacaciones a Suiza. Supongo que tras
estas muestras de afecto a este dinero abandonado, esperarán que se lo
agradezcamos debidamente. Tanto como los bancos a los que van a parar gran
parte de nuestros impuestos, porque algunos han pensado que dos mas dos, son
cinco.


Decididamente
a los de letras no nos salen bien los números. Es lo que tiene el haber
estudiado latín, griego y literatura, en lugar de logaritmos, aunque a mi
abuela, que no había estudiado ninguna de todas estas cosas, le salían mejor
las cuentas.



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