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CUANDO SE VA A ROLEX SE VA A ROLEX, CUANDO SE VA A SETAS SE VA A SETAS

OPINIÓN
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Cuenta
un chiste de vascos, que dos amigos salieron al monte a coger setas. Uno se
encuentra un rolex de oro, y le dice al otro.

-Mira
, Pachi. Un rolex de oro carísimo.

-Pues
déjalo y céntrate en lo que hacemos, porque cuando se va a setas, se va a setas
y cuando se va a rolex, se va a rolex.

Y
esto debería aplicárselo tanto reivindicador justiciero que estamos sufriendo
en estos últimos tiempos, y que puede que su mensaje sea justo, no lo pongo en
duda, pero con frecuencia mean fuera de tiesto.

Temía
el presidente de la Academia de Cine , Enrique González Macho, que los de la
ceja volvieran a montar alguna de las suyas ( no cejan) y hundieran, más de lo
que ya está, el cine español. El ambiente entre los propios compañeros de
profesión no favorecía la movida, pero no faltaron en la Gala, las alusiones a
diversas cosas, que algunas como el IVA tienen una gran repercusión en los
productos llamados culturales, y por lo tanto hacen bien en criticarlos, pero
otros pese a su injusticia patente, como el de los desahucios por impago de las
hipotecas,( en mi opinión un atraco y un atentado a la lógica) no tocaba en una
gala de unos premios Goya. Cierto es que como un boomerang, le han vuelto sus
palabras, contra sí, a Maribel Verdú, protagonista de la queja, ya que parece
ser que ella hizo anuncios a favor de esas hipotecas que ahora maldice, y por
los que evidentemente cobró. Pero incluso el cebarse algunos comentarios en esta
circunstancia, me parece una crítica fuera de lugar, ya que un actor trabaja en
lo que le contratan, aunque quizás, consciente de este hecho debía haber sido
más cauta y callarse, pero sobre todo, es,“que no tocaba”. Enrique Cerezo,
productor de cine, expresaba muy claramente lo que estaba ocurriendo en el cine
español; “Desde la guerra del Irak, con los famosos Goya del; “No a la guerra”,
el cine español cayó en desgracia para muchos espectadores. No hemos levantado
cabeza desde entonces. Hubo una campaña brutal contra el cine español, cuando
no se puede destruir una industria por las opiniones personales. Esto no ocurre
en los Estado Unidos”. Y es verdad, nadie se imagina a ningún actor haciendo un
alegato cuando recoge un Oscar contra Guantánamo, aunque tenga más razón que un
santo. Porque “no toca”. Y si la van a hacer, no van, como hizo Marlon Brando,
y aunque envió a la india “Pequeña Pluma”, no se le permitió leer el mensaje. Hay
que reconocer, que muchos actores están indignados, porque no debe politizarse
un acto, como la entrega de los Goyas por parte de un grupo porque “es muy
miserable lo que están haciendo, queda de lo mas mafioso”. Sin embargo pese a
todas las críticas al gobierno, este les soltó 85.000 euros, que vienen a ser
unos 12 millones y medio de las antiguas pesetas, o sea una pasta. Si añadimos
lo de TVE, que temía que ante la posible movida de ciertos grupos, el español
de a pie, cambiara de canal, y no lo viera nadie; mas lo propio aportado por la
Academia de Cine, sale una cantidad más que respetable. Y uno se pregunta  ¿Cuánto cuesta una movida de este tipo? Y en
qué se gastan el dinero, que por cierto como se puede ver, en gran parte sale
de los bolsillos del ciudadano, que ni se come ni se bebe nada en estas Galas
que no dejan de ser, pese al barniz cultural que se le quiere dar, un acto de
un gremio y una industria determinada. En mi gremio, y posiblemente en muchos,
se hacía una fiesta cada año, en la que también se daban premios. Jamás se nos
ocurrió pedirle un euro a nadie. ¿Se imaginan la cara del secretario de
Industria si alguno de los organizadores hubiera ido a pedirle dinero para la
Gala que montábamos? Y ya no digo si hubieran sido, (este año ha habido
recortes) doce millones y medio de pesetas. Y cogiendo el tono populista que
enarbolan. ¿Cuántos desahuciados hubieran podido permanecer en su casa con el
pago de ese dinero, que posiblemente se utilizó para pagar los cachés de
presentadores y galardones? Y que conste que no estoy en contra de que se hagan,
pero sí, de que tengan en cuenta, algunos, de que cuando se va a setas, se vaya
a setas y cuando a rolex, a rolex. Y esto sirve para todos, especialmente para
esos de la defensa de la libertad de opinión, propia, los que impiden
conferencias, a grito pelado, porque el ponente no les gusta. Porque las
mezclas sólo salen bien en la cocina, e incluso, en esta, a veces, el resultado
final es incomible.


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