Ecologistas en Acción: «El Tajo paga una vez más la guerra del agua»

El borrador del Plan Hidrológico del Tajo, publicado hoy, no arregla, sino que incide en los principales problemas que afectan a esa cuenca. En una primera valoración, Ecologistas en Acción considera que el plan «carece de rigor» y perpetúa el impacto del trasvase Tajo-Segura, la carencia de caudales y la mala calidad de las aguas. La guerra del agua entre Levante y Castilla-La Mancha, pasando por Madrid, la paga y la sufre el Tajo una vez más.

La
cuenca que no se verá mejorada ni en los caudales ni en la calidad de las
aguas. El esquema de funcionamiento de la cuenca no mejora con el plan. Las
novedades que se aportan son «un mero maquillaje ante la realidad de una cuenca
sobreexplotada y con un gravísimo deterioro de la calidad de las aguas», aseguran Ecologistas en Acción en un comunicado de prensa. 

 

El
régimen de caudales mínimos que recoge el borrador del plan dado a conocer hoy
empeora con respecto al que se filtró en 2011. Se mantienen los caudales
fijados desde el Plan anterior en Aranjuez y Toledo (6 y 10 m3/sg,
respectivamente). Se establece uno nuevo en Talavera de la Reina, pero «éste
resulta ser de igual magnitud que el de Toledo, unos ridículos 10 m3/sg, lo que
implica que se va seguir permitiendo la sobreexplotación del Tajo por el
trasvase y por el regadío de la propia cuenca».

 

Los
caudales ambientales seguirán siendo escasísimos, «muy por debajo» de las
necesidades ambientales y de uso de la cuenca, y «no repercutirá» en ellos ni un
ápice el aumento de la reserva estratégica en Entrepeñas-Buendía que se fija en
400 hm3.

 

Todo
ello pone de manifiesto que el trasvase Tajo-Segura mantiene «su presión» sobre
la cabecera de la cuenca. La reducción aparente que se le impone no servirá
para aumentar caudales, ya que está muy por debajo de la minoración de la
aportación natural que sufre la cuenca, cifrada en el propio plan en un 28 %
hasta 2006. Y eso que» no se han considerado los efectos recientes derivados del
cambio climático».

 

Se
extiende así en el tiempo un sistema de explotación que estrangula las
demandas, ambientales o no, del Tajo. «Y se fija una reserva estratégica para
intentar calmar ánimos, tal y como hizo Bono en su día». Y como ocurrió
entonces,  la medida será inútil al ser
muy corta y no venir acompañada de un régimen de caudales que garantice un
funcionamiento correcto del río.

 

Por
otra parte, el cumplimiento de los objetivos de calidad de las aguas se demora
hasta 2027, cuando debían lograrse en 2015, lo que condena al Tajo medio y bajo
a seguir siendo receptor de las aguas mal depuradas del entorno metropolitano
de Madrid y de Toledo.

 

Ecologista
en Acción insiste en que «es necesario que el Plan afronte una reducción
progresiva y notable de las aportaciones desde el Tajo al Segura hasta su
extinción», una reducción»importante» de los regadíos en el Tajo, el cumplimiento
a más tardar en 2015 de los objetivos de depuración y el aumento significativo
del caudal ambiental en Aranjuez, en Toledo y en Talavera de la Reina.

 

La
organización estudiará en detalle «el plan de cara al proceso de alegaciones»,
pero adelanta ya su rechazo a este plan y el temor a que esconda nuevas
infraestructuras hidráulicas del «alto impacto ambiental».