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HABEMUS PAPAM

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Durante unos días todo el mundo dirigió su vista a unas chimeneas de la que esperaban saliera humo blanco. A través de ellas se confirmaría la elección del máximo representante de la Iglesia Católica, el Papa. En un mundo de tecnología, no deja de tener gracia que un acontecimiento de esta envergadura se decidiera de un modo tan rudimentario.

[Img #25984]

La
expectación no era gratuita, de los aproximadamente 7.000 millones de
habitantes que hay en el mundo nada menos que más de 1.200 tienen en el catolicismo
su religión, y por lo tanto en el Papa a su líder.

Nos
cuenta el evangelista S. Mateo[i] un episodio que siempre ha
sido considerado como la Fundación de la institución del papado: “Y yo
también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella
.”

El juego de palabras
Petrus, (con raíz etimológica, con petra, (piedra)) acaba identificando a Pedro
con la Roca sobre la que se asentará la Iglesia. El reconocimiento de esta prevalencia
desde los primeros tiempos es evidente, y así podemos conocer los nombres, que
tras el martirio de Pedro ocuparon su lugar. A muchos historiadores no
deja  de llamarles la atención que tras
la muerte de Pedro en una cruz invertida, según indica la tradición, no fuera
elegido el apóstol S. Juan, que todavía vivía, en lugar de un personaje casi desconocido
como Lino, a quien se supone compañero de Pedro en Roma y escogido por este
para sucederle.

El obispo de Roma se
convertía así en cabeza de la cristiandad. Sin embargo esta consideración de
representante indiscutible y máxima autoridad, no siempre ha sido admitida de
la misma manera. Los patriarcas Bizantinos, que se consideraban los herederos
de la tradición apostólica, consideraban al obispo de Roma un “primus inter
pares”, un primero entre iguales, no es de extrañar que intentaran, repetidamente,
romper los vínculos no admitiendo la autoridad  del obispo de Roma sobre la Iglesia Oriental.
El primer intento se produjo en el 875 cuando el emperador Miguel III el Beodo
(borracho) expulsó de su sede al Patriarca de Constantinopla S.Ignacio, por
reprocharle su conducta. En su lugar colocó a Focio, un intelectual presidente
de la Cancillería Imperial y familia de su primer ministro. En seis días fue
instruido y recibió el sacerdocio de manos de un patriarca, que había sido
excomulgado, y por supuesto, fue consagrado obispo y ocupó su sitio. Tras
establecer las bases que constituirían los argumentos de la futura separación
de la Iglesia de Roma y Constantinopla, entre ellos; que consideraban al
Patriarca de Constantinopla de inferior nivel que al Pontífice, se declaró a sí
mismo Patriarca Universal . Finalmente y tras la muerte de Miguel III este
Cisma fracasó.

Pero volvería de nuevo a
producirse y esta vez de modo definitivo, hasta la actualidad, en 1054, con el
Patriarca Miguel Cerulario, que negaba la autoridad Papal sobre toda la
cristiandad, lo que incluía a los cuatro patriarcados más importantes de
Oriente.

Este rechazo de la
autoridad del Papa, se introdujo con fuerza en diversas naciones llamadas
católicas ; Portugal, Francia o España en el siglo  XVIII, lo que produjo, entre otras cosas, la
expulsión, por Carlos III, de los jesuitas, de España y su Imperio por la

Pragmática
Sanción de 1767
: «Pragmática sanción de su Magestad en
fuerza de ley para el estrañamiento de estos Reynos a los Regulares de la
Compañía, ocupación de sus Temporalidades, y prohibición de su restablecimiento
en tiempo alguno, con las demás prevenciones que expresa»
.

Y estas
presiones sobre el Papa acabarían en su supresión en 1773, mediante la bula Dominus
ac Redemptor
.

Los
motivos; apoderarse de todos los bienes de los jesuitas, y curiosamente el
cuarto voto, el de la obediencia al papa, fueron elementos de no poco peso para
proceder a su expulsión de España.

[ii] La doctrina que se impuso frente a la
Iglesia, en las naciones europeas de fines del XVII y el XVIII fue llamado; El
regalismo. “Término vago y elástico en su
etimología que significa, en la historia eclesiástica, la intrusión ilegítima
de rey y sus consejeros en materia religiosa”
. Lo que significaba que el
clero español y la jerarquía debían obedecer con prioridad al rey antes que al
Papa. Y el monarca por su parte, podía por lo tanto inmiscuirse en cuestiones
organizativas que atañían a la Iglesia. Estas teorías tenían incluso sus
defensores dentro del clero, como Francisco Solís, que fue obispo de Lérida,
Córdoba, y Virrey de Aragón.

LOS
PAPAS

Establecido
ya el significado del Papado, queda esclarecer cuales son los criterios de su
elección. Tras la elección por Pedro de su sucesor, Lino, Anacleto o Cleto que
sucedió a Lino, ordena en Roma a 25 presbíteros por el año 80 d.C. Los
presbíteros romanos, serán durante tiempo los que elijan al sucesor de Pedro.
Posteriormente la influencia de los Emperadores, sobre todo los Orientales,
constituyó un aspecto importante en la elección del Papa. La invasión
musulmana, liberó en el s. VIII al Papa de la aprobación del emperador. Esto
produjo que ya sólo sería necesaria la elección por parte de los cardenales y
los sacerdotes, en estas elecciones, también tenía un papel importante la
nobleza.

En
1150 se forma el Sacro Colegio Cardenalicio y en 1179, en el Concilio de Letrán
se establece que el elegido tendrá que tener al menos los 2/3 de los votos de
los cardenales presentes, práctica que ha durado hasta ahora.

Aunque
el Papa PíoXII, los colocara en 2/3 +1

En
1970 Pablo VI limita la participación y el voto, a sólo los que no han
alcanzado los 80 años y el número de electores a 120.

En
1996, Juan Pablo II, vuelve a la norma de los 2/3, e incluso en según qué
circunstancias, una mayoría simple.

Benedicto
XVI dio libertad a los cardenales para asistir o no, en razón de su estado de
salud, a la vez que impone la pena de excomunión a todos los que violen el
secreto del cónclave.

¿QUIENES
SON LOS CARDENALES?

No
existe nada que refleje, en la Tradición bíblica ni en los primeros siglos de
la Iglesia, tales cargos. Son pues unos títulos honoríficos, llamados
“príncipes de la Iglesia”

El
nombre de “cardenal” surge de término latino “cardo”, que significa gozne o
bisagra. Al no ser un título del sacramento del “Orden”, como lo es el
sacerdocio o el episcopado, sino honorífico, lo podía ostentar cualquiera, el
último de ellos, no sacerdote, fue Teodoro Mertel, que murió en 1899, ya que
este “punto de apoyo”, esta bisagra, que demandaba el Papa en la persona de los
cardenales, podía ser por los conocimientos de estos, por lo que se convertían
en asesores del mismo. En la actualidad según el Derecho Canónico de 1983,
deberán ser sacerdotes, y siguen siendo elegidos libremente por el Papa.

CARDENALES
ESPAÑOLES MENORES DE 80 AÑOS, QUE TUVIERON DERECHO A VOTO EN LA ELECCIÓN DEL
PAPA ACTUAL
.

Sólo
cinco de los cardenales españoles son menores de ochenta años y por lo tanto
formaron parte de los que escogieron al nuevo Papa.

-Card.Carlos Amigo Vallejo, OFM (Orden Franciscana Menor.) (23 de
agosto de 1934) Nacido en Medina de Rioseco (Valladolid) Sobrino del famoso
psiquiatra y escritor Juan Antonio Vallejo Nájera. Es arzobispo emérito de
Sevilla, en donde se le recuerda con afecto.

-Card.Santos Abril y Castelló
(21 de septiembre de 1935) Nacido en Alfambra (Teruel) Un pueblo de 620 habitantes.
Del Opus Dei. Es arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
Hombre que ha destacado como diplomático en diversos destinos altamente
delicados; Pakistán,Turkía,Camerún, Gabón, antigua Yugoeslavia, Eslovenia,
Guinea Ecuatorial, los Balcanes. Se piensa que puede ser elegido por Francisco
I como Secretario de Estado del Vaticano.

-Card.Antonio Mª Rouco Varela (20 de agosto de 1936) Nacido en
Villalba (Lugo) Es arzobispo de Madrid.

-Card.Luís Mª Martínez Sistach (29 de abril de 1937) Nacido en
Barcelona es Arzobispo de esta ciudad.

-Card. Antonio Cañizares LLovera
(15 de octubre de 1945) Nace en Utiel (Valencia). Fue arzobispo de Toledo y
ahora, en Roma, Prefecto del Culto Divino.

BREVE
HISTORIA DEL PAPADO

Es
evidente que un poder de esta clase, como el que ostenta el Papado y que muchas
veces se mezclaba con el poder político, ha tenido, durante la historia, toda
clase de avatares, llegando incluso en algunos momentos, como en los inicios
del S.XV ha haber hasta tres papas a la vez. Ante este poder, es normal que los
intereses políticos y económicos, colocaran en la silla de Pedro a individuos
más movidos por la ambición y los intereses de quienes los colocaban, que por
la espiritualidad. Así podemos encontrarnos acontecimientos como los del Cisma
de Avignón, comenzado tras la vuelta a Roma del Papa Gregorio XI en 1370,
después de haber permanecido en Francia desde 1305, con Clemente V. En este
período de tiempo del Cisma, hubo dos y hasta tres papas entre Roma y Avignón.
Acabaría el Cisma con la elección de Martín V en 1417. Aunque el aragonés
Benedicto XIII , el Papa Luna, continuaría resistiendo en Peníscola hasta su
muerte en 1423.

Lógico,
si se trata del representante de una Iglesia Universal, entre los 265 que han
ocupado este cargo a través de la historia haya habido de muchas
nacionalidades, aunque abunden mucho más los de origen italiano. Los ha habido
griegos, sirios, africanos, de Dalmacia (la actual Croacia y zonas limítrofes),
Cerdeña, Jerusalén, Alemania, Francia, Sajonia, Tirol, Lisboa, España, Holanda,
Polonia y en la actualidad, de Argentina.

PAPAS
QUE DIMITIERON

La
renuncia del Papa Benedicto XVI, ha hecho preguntarse si con anterioridad hubo
otros papas que dejaron el papado.

En
esa época convulsa de mitad del S.X, aparece el primer papa que es destituido
de su cargo, Benedicto IX, en 1044, en el que se encontraba desde 1032, cuando
fue elegido Papa tenía sólo 14 años. Su sustituto Silvestre III, que pagó una
gran suma por ser elegido, sólo duró dos meses y fue depuesto, volviendo
nuevamente a ocuparlo Benedicto IX. Le sustituyó Gregorio VI, a quien se supone
le había vendido, tras abdicar, la sede. Pero volvió nuevamente por apoyos de
ciertas facciones y para evitar una guerra sangrienta, se le permitió de nuevo
ocupar el papado, pero en 1408 fue expulsado, tras lo cual  se hizo monje, y murió años más tarde en un
convento.

Tras
él sería S.Celestino V, quien dimitió. Un eremita, que se sintió incapaz de
controlar las intrigas del poder que influían en el Papado, y a los cinco meses
dimitió para volver a su vida de retiro y oración, ya que ; “no tenía la
preparación necesaria ”. Según propias palabras.

Gregorio
XII, también dimitiría en 1415, para dar solución al Cisma de Avignón, que
lastraba a la Iglesia Católica.

Tras
él sólo queda Benedicto XVI, que posiblemente como S. Celestino V, no se viera
con fuerzas suficientes para gobernar las enormes complejidades y solucionar
los grandes problemas, que se le han acumulado, en los últimos tiempos, a la
Iglesia.

LAS
PROFECIAS DE S.MALAQUIAS

[Img #25992]

Cada
vez que hay elecciones papales, se vuelve a mirar y analizar, hasta los más
mínimos detalles, las llamadas profecías de S. Malaquías, buscando respuestas.

Este
arzobispo de Irlanda, amigo de S. Bernardo inició un viaje en 1139 para
solicitarle una audiencia con el Papa Inocencio II. Al llegar a Roma descubrió
la decadencia y dependencia del papado de los poderes, tanto económicos como
políticos, de los señores italianos. A su vuelta, hay quien afirma que durante
su estancia, comenzó a tener visiones y sueños. Pretendió volver a Roma pero al
llegar al monasterio de Clairvaux, murió en brazos de S. Bernardo.

¿Son
auténticas las profecías? No sólo las hay papales, pero estas son las que más
expectación y conjeturas han  provocado
siempre. Se refieren a 112 papas, a los que define con una frase. El último de
la lista sería el recién elegido Francisco I, lo que despierta una gran
expectación futura, sobre lo que ocurrirá tras su desaparición.

Pero,
para muchos, resulta sumamente sospechoso que sólo se tuviera noticias de ellas
400 años después de su presunta confección, y que su gran amigo S. Bernardo, no
las hiciera constar en ninguno de sus escritos. Y más aún, cuando el manuscrito
original no se ha encontrado nunca y sólo se conocen tales profecías a través
del libro “Lignum Vitae”, “El árbol de la Vida” de Arnoldo de Wyon escrito en
1595.

Otros
afirman que estas profecías las escribió durante la visita en Roma a Inocencio
II, al que entregó el manuscrito para consolarle ante los grandes problemas que
arrastraba el papado, quedando tal manuscrito en los archivos romanos hasta su
descubrimiento en 1590.

Los
lemas de los últimos papas, que hemos conocido, nos dan una idea del contenido
y significado de estas.

107: “Pastor y
nauta”
(Pastor y navegante). Corresponde a Juan XXIII (1958-1963) Fue
cardenal de Venecia, ciudad de navegantes. Y como pastor condujo a la Iglesia
al Vaticano II.

108: “Flos
florum”
(Flor de las flores). De Pablo VI
(1963-1978). Tenía en su escudo la flor de lis, considerada la “flor de flores”.

109: “De medietate
Lunae”
(De la Media Luna). El perteneciente a Juan Pablo I
(1978-1978), es quizás el más llamativo, porque su nombre era “Albino Luciani”
(luz blanca). Había nacido en la diócesis de Belluno (del latín “bella luna”).
Y fue elegido el 26 de agosto del 1978. La noche del 25 al 26 la luna estaba en
“media luna”. Murió tras un eclipse de la luna. Y su pontificado duró sólo 33
días También su nacimiento, su ordenación sacerdotal y episcopal ocurrieron en
noches de media luna.

110-“De
Labore Solis”
(De la
labor del Sol). El lema de Juan Pablo II
(1978-2005), se adapta, también, a ciertas circunstancias. Nació en Polonia,
siendo el único papa proveniente de un país de la Europa oriental. Durante su
pontificado realizó cientos de viajes por todo el mundo ( en los tiempos de san
Malaquías la creencia común era que el Sol giraba, es decir, viajaba, en torno
a la Tierra), recibiendo por ello el apelativo de «El papa viajero».
También nació un día de eclipse de sol y su funeral se realizó mientras se
producía un eclipse solar. Otras interpretaciones del lema hablan de la
traducción en latín fonético, Labor del suelo; pensando en que trabajó
en una cantera en su juventud.

111“Gloria Olivæ”
(La gloria del olivo). Es el que se aplica a Benedicto XVI (2005-2013). El
olivo generalmente implica una referencia a la paz. Benedicto XVI mismo
explicó: «He querido llamarme Benedicto para relacionarme idealmente al
venerado pontífice Benedicto XV, que guió a la Iglesia en un período
atormentado por el primer conflicto mundial. La referencia más evidente al lema
es que el papa Benedicto fue el superior de la Congregación para la Doctrina de
la Fe
, en cuyo escudo figura una rama de olivo.

Y tras este,
viene el último de la lista el 112, Petrus Romanus del que dice:

In persecutione extrema S.R.E. sedebit.

Petrus
Romanus, qui

pascet
oves in multis tribulationibus:

quibus transactis civitas septicollis
diruetur,

et Iudex tremendus iudicabit populum
suum. Finis.

“Durante
la última persecución de la Santa Iglesia Romana reinará.

Pedro el Romano, quien

apacentará
a su rebaño entre muchas tribulaciones;

tras
lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida

y
el tremendo Juez juzgará a su pueblo. Fin.»

Palabras
que muchos han interpretado que tras su muerte o dimisión,se supondría que tras
él, se destruiría Roma y vendría el Fin del Mundo, tras el que Dios juzgará al
Mundo.

Sin
embargo las interpretaciones a estas palabras son varías.

Algunos opinan que “Pedro el
Romano” es un nombre genérico que engloba a todos los papas (en cuanto son  descendientes del apóstol Pedro), y por tanto
no es posible saber cuántos de ellos habrá hasta el fin de los tiempos.


 



[i] (Mateo 16:13-18)

[ii] Cárcel
Ortí, Vicente breve Historia de la Iglesia en España.Pag. 234. Ed. Planeta
2003.


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