175 SON MUCHOS AÑOS

Una real orden, hace 175 años, consideraba la necesidad de dedicar un lugar en el que se recogieran los objetos y restos arqueológicos, que se iban encontrando, fundamentalmente romanos, en la ciudad de Mérida. Aquí podríamos encontrar el punto de partida de lo que luego acabaría convirtiéndose en el Museo Nacional de Arte Romano, que ha constituido un antes y un después no sólo en la arqueología emeritense o extremeña, sino también, internacional.

Las palabras
de José Mª Álvarez actual director del MNAR, iban desvelando a los asistentes
que ocupaban el pasillo central del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, a grandes
pasos, el camino en el que la voluntad, el interés y la vocación de servicio, desde
los primeros coleccionistas, Forner y Segarra y el padre Domingo de Nuestra
Señora, que llamaron a la colección, el Jardín de Antigüedades, pasando por la
llegada de José Ramón Mélida y la impagable labor de Maximiliano Macías, que consiguieron
un par de habitaciones en el Convento de Santa Clara, que compartirían los
restos arqueológicos, con; un almacén de harinas, un colegio de niñas o el
teatro Ponce de León, hasta llegar a la actuación inteligente y abnegada de
José Álvarez Saénz de Buruaga. Sería con la conmemoración del Bimilenario de la
ciudad de Mérida, cuando al elevarse el Museo a la categoría de Nacional,
surgió la idea de la construcción de un gran edificio que albergara tantos y
tan importantes restos. El lugar debía de estar junto al buque insignia de la
arqueología emeritense, como era el Teatro y Anfiteatro romanos. La idea era,
acercarse al público, no que este se acerque al Museo. Toda esta actuación
tendrá su fruto en una exposición temporal que  se inaugurará el 25 de abril y se clausurará
el 30 de diciembre: “Un museo algo más que un centenario” y sobre todo , un
Congreso, que reunirá en Mérida a los nombres más importantes de la arqueología
mundial.

Los
músicos Francisco Barjola, Carla García y Mercedes Trigo, ponían con sus
violines y el violoncelo, el contrapunto musical a las intervenciones de los
personajes , así como el grupo der actores de las 4 esquinas; Francisco Blanco,
Esteban G. Ballesteros y Camilo Maqueda, reencarnaban en sus diálogos a José
Ramón Mélida, Maximiliano Macías y José Álvarez Sáenz  de Buruaga.

La
intervención de Raquel Bravo, vicealcaldesa, como representante de Consistorio
emeritense, resaltaba, como arquitecta, que el edificio de Moneo que alberga
las colecciones romanas, fue declarado el mejor edificio de la década de los
años 80.

Las palabras de Enrique Varela Agüi, Subdirector General de Museos Estatales
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, destacaban el tener un Museo
que enraizado con el Patrimonio, extiende sus raíces por todo el arco
mediterráneo. Y recordaba los dos retos más importantes que se tienen ahora; la
Musealización de los restos visigodos, la ampliación del edificio del Museo
Nacional de Arte Romano y el Congreso internacional de Arqueología Clásica.

Finalizó el acto con la intervención del presidente
autonómico José Antonio Monago Terraza. Un espontáneo gritó desde el público
vivas al presidente, que no fueron contestadas por los presentes, entre los que
se encontraban las más altas representaciones políticas, de la cultura y
militares, presentes en la ciudad.

Mostró el presidente de Extremadura, su
emoción en lo personal por aquel lugar desde el que se dirigía a los reunidos,
ya que allí fue su investidura como Presidente. ¿Por qué había solicitado que
se realizara en aquel lugar? Porque la presencia de nuestro pasado más glorioso
debe de servir para tomar impulso a nuestro futuro. Está lo que fuimos y lo que
somos.

“Existe un reto. Alcanzar la excelencia de
nuestra cultura y si la vida es un arte, en Extremadura, este arte se vive a
través de este Museo “