La secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, se ha puesto al frente de la denuncia pública de su organización ante los acosos que sufren sus diputados por parte de las plataformas de afectados por las hipotecas. Además de reafirmarse en que son prácticas propias del nazismo, la dirigente del PP ha añadido el recordatorio de que «la violencia engendra violencia» y en que los que ahora la dirigen o practican, sea «física o verbal», tendrán que atenerse a las consecuencias si el problema deriva en un conflicto mayor.
«Ir a casa de alguien y decir ‘sé dónde vives’, violentar a su familia, a sus hijos se puede comparar con lo que ocurría en los años 30 en un país europeo y en otros sitios también», recordó Cospedal después de las críticas a sus comparaciones de las acciones de los activistas antidesahucios con las operaciones del partido de Hitler de ‘señalar’ los domicilios y negocios de los judíos. La secretaría general del PP agregó que, desde luego era un comportamiento «totalitario» o fascista.
La ‘número dos’ de los populares, después de reunirse con vicesecretarios y portavoces parlamentarios del partido y en su primera conferencia de prensa desde la sede de Génova en siete semanas, reiteró el aviso a los promotores y participantes en los actos de coacción. «Si algún día tenemos algo grave que lamentar habráque mirar a los responsables de provocar la violencia que se está provocando», proclamó.
Cospedal ha insistido en recordar en qué consisten las coacciones a los dirigentes de su partido dada la ‘comprensión’ o apoyo que demuestran los distintos partidos de izquierda ante el fenómeno: «A nadie le gustaría que le pasara en su propia casa, ni con sus hijos, ni en su negocio, ni con su marido, mujer, padre o madre».
Ni siquiera las reacciones de la AVT han hecho rectificar a la secretaria general del PP. La mayoritaria Asociación de Víctimas del Terrorismo ha matizado que por muy condenables que sean los ‘escraches’, no se le compare con el terrorismo en un acto de respeto a las víctimas.
