Ver a Javier Bardem ataviado de sacerdote e interpretando ese papel no sorprende tanto como el que sea en el contexto de una película netamente católica en su planteamiento.
Hablamos de To the wonder, estrenada el pasado 12 de abril y donde Terrence Malick nos enfrenta a la incapacidad de Neil (Ben Affleck) para el compromiso con cualquiera de las dos mujeres que reclaman su amor: Marina (Olga Kurylenko), a quien conoce en Francia y que tiene una hija de una anterior relación (la niña también reclama de Neil que se entregue de verdad), y Jane (Rachel McAdams), un viejo amor de infancia que ha perdido un hijo. Sintiéndose enamorados para siempre tras el hermoso romance que Neil y Marina viven en el incomparable paraje de Mont Saint Michel, él le propone a ella y a su hija vivir juntos en Estados Unidos. To the wonder es la historia de los vaivenes de esa relación, de los saltos sentimentales de Neil entre Marina y Jane, de su rechazo al matrimonio y a los hijos como anclaje en la vida. En ese contexto, Bardem interpreta al padre Quintana, un cura amigo de Neil que padece una dura crisis, no de fe, sino de sentido de su identidad sacerdotal. Tiene sed de Dios y cree enfrentarse al silencio de Dios, a quien no es capaz de ver en las personas a las que se entrega en su cotidiano trabajo pastoral: pobres, enfermos, fieles de la parroquia. En medio de su drama personal, guía a los protagonistas -en la medida en que unos u otros, todos católicos, se dejen guiar- con criterios acordes con la doctrina de la Iglesia. Bien recibida «Un brillante film cristiano«, afirma The Christian Post, porque hay en él «una nueva aproximación a las preguntas cristianas tradicionales sobre el sufrimiento, la gracia y la presencia divina y muchos otros elementos de la naturaleza humana». «La película trata del Amor mismo», apunta Crosswalk, incidiendo en la mayúscula: «No como un concepto o una idea, sino como un ser. No reflexiona sobre el amor, sino dirigiéndose al Amor… El final de la película parece el encabezamiento de una carta dirigida al Ser». «Una película cristiana seria y sin complejos«, opina Robbie Collin en The Telegraph, «que traza paralelos explícitos entre el amor divino y el amor terreno». El amor, una obligación, no un sentimiento Aunque en To the wonder lo principal no es la narración de los hechos -hay quien la ha comparado a una sucesión de fotografías, y de hecho consiste más en una sucesión de monólogos que en diálogos en sentido estricto-, no desvelaremos detalles de argumento para no pecar de spoilers. Pero no dejaremos de señalar una dramática plegaria del padre Quintana que completa la impronta católica del film. Malick, «catequista» de Martin Sheen En cuanto se da con esa clave -como pasaba en El árbol de la vida-, adquiere To the wonder todo su sentido. |