La disfunción eréctil, una enfermedad infradiagnosticada con sólo un 2,0% en Extremadura

La Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), ha presentado los resultados del ATLAS de la disfunción eréctil en Extremadura, que se puso en marcha hace un año con el objetivo de conocer la situación de esta patología en cada Comunidad Autónoma desde la visión del médico de atención primaria.

Según
el estudio 62.921 hombres de entre 25 y 70 años la padecerían en Extremadura,
cifra que se ha obtenido tomando en cuenta la población de hombres de entre 25
y 70 años en 2011, que era de de 332.913, y asumiendo una prevalencia del 18,9%.

En
el estudio han participado 21 médicos de la Comunidad de los cerca de 550
médicos consultados en toda España, y tiene como objetivo reflejar la manera de
asumir y tratar la disfunción desde la perspectiva de los hombres y médicos de
Atención Primaria.

Se
ha hecho con dos cuestionarios a modo de estudio observacional: uno acerca del
abordaje de la disfunción por parte del médico, y otro acerca del papel del paciente
en el abordaje de la disfunción, validados por un Comité de Expertos, que han
permitido recopilar los datos.

Las
conclusiones de la investigación confirman que la disfunción eréctil es una
patología infradiagnosticada, y los médicos consultados en Extremadura que
tenían datos acerca de la disfunción de sus pacientes -el 57,1%- calcularon que
aproximadamente el 2,0% de sus pacientes varones la tenía.

Si
calculamos el porcentaje de pacientes que debería tener un diagnóstico de
disfunción erectil a partir de una prevalencia estimada del 18,9%, 1.637
hombres deberían padecerla, sin embargo, sólo 188 de los pacientes revisados en
las consultas de los médicos participantes en el estudio la tienen diagnosticada.

 De los pacientes diagnosticados en Extremadura
un 64,4% estarían tratados

 En Extremadura los médicos creen que no se le
concede suficiente importancia a pesar de tener interiorizado que es síntoma
centinela de otras enfermedades, así la relacionan con enfermedades
cardiovasculares, trastornos afectivos y enfermedades metabólicas, en este
orden.

En
la mayoría de los casos el diagnóstico fue hecho por el propio médico (un 73,8%
de las ocasiones) y  los médicos de sexo
masculino diagnosticaron algo menos (72,5%) que los de sexo femenino (78%).

No
todos los pacientes tienen la misma actitud hacia la disfunicón ni hablan
abiertamente de ella, por ello es importante que el médico aborde el tema pues
el hombre, en general, agradece que sea éste quien inicie la conversación.

Los
médicos Extremadura coinciden que es un problema muy importante para el hombre
(en 6,3 sobre 7),  hace que los hombres
eviten las relaciones sexuales por “miedo a fallar” (5,7 sobre 7) y les produce
sentimiento de culpabilidad (5,7 sobre 7). Frecuentemente el hombre considera
que es un problema relacionado con la edad que le provoca falta de seguridad en
sí mismo.

El
médico e Internet serían al mismo nivel las principales fuentes de información
acerca de la DE para el 33,3% de los hombres extremeños, seguidos por
familiares y amigos ambos con un 22,2%.

Con
respecto a los tratamientos, el hombre espera que la respuesta al tratamiento
sea rápida y volver a tener el mismo rendimiento sexual que antes. El precio
preocupa al varón extremeño solicitando un cambio de tratamiento por el coste
económico de éste.

La
pareja es con relativa frecuencia la primera en detectar el problema, aunque
acompañan a su pareja solo en el 26,1% de los casos y el hombre acude solo a
consulta en el 58,8% de las ocasiones.

El
Doctor Jesús Mateos, especialista de Área de Urología, miembro de la Unidad de
Andrología del H. Infanta Cristina de Badajoz y Coordinador del ATLAS en
Extremadura, ha señalado que “es necesario concienciar al paciente varón y al
médico de primaria en la necesidad de consultar y preguntar respectivamente por
sintomatología de disfunción eréctil”.

El
conocimiento del médico de primaria de la disfunción de su paciente, ha
añadido,  es “fundamental para su salud,
ya que puede permitir evitar eventos vasculares agudos”.