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Carlo Do Carmo cautiva a Badajoz

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El artista portugués Carlos do Carmo cautivó anoche a la ciudad de Badajoz con su inconfundible y peculiar manera de cantar fado, un género musical cargado de sentimiento y emoción y que tanto caracteriza al país vecino.

El fadista ofreció en la capital pacense una de las tres
actuaciones que hará en España con motivo de la gira internacional que
conmemora sus 50 años sobre los escenarios de todo el mundo.

 

Durante el recital, Carlos do Carmo no paró de conversar
y bromear con el público, tanto en perfecto castellano como en portugués, ya
que en el patio de butacas se mezclaron espectadores lusos y españoles, quienes
ovacionaron al cantante con gran entusiasmo.

 

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La sorpresa de la noche no se hizo esperar. La
donostiarra María Berasarte no se había marchado de la ciudad y fue invitada
por Do Carmo a interpretar juntos un fado en portugués, donde la buena química
entre ambos se palpaba en el ambiente.

 

Además, el broche de oro llegó con el famoso fado ‘Lisboa
menina e moça’, que hizo que el respetable se arrancara a cantar los coros que
el artista les proponía. Todo un ejemplo de conexión con el público, que no
dudó en responderle gracias a su amabilidad y simpatía.

 

A pesar de los rumores de que ésta era su gira de
despedida, Carlos do Carmo confesó a la prensa lo contrario, aunque sí confirmó
que no volverá a estar en un estudio para grabar otro disco porque, en palabras
del lisboeta, “no se venden”.

 

Por otro lado, el cierre de la velada corrió a cargo del
espectáculo ‘Extremadura, Territorio Flamenco’, que rindió un sentido homenaje
al bailaor pacense Antonio Silva Ginés, El Peregrino, que se arrancó a taconear
sobre el tablao para deleite de sus seguidores.

 

El Director General de Promoción Cultural del Gobierno de
Extremadura, José Antonio Agúndez; y la delegada de Cultura del Ayuntamiento de
Badajoz, Paloma Morcillo, entregaron una placa al veterano bailaor que logró el
Premio Internacional de Baile Flamenco en Jerez de la Frontera con tan solo 18
años.

 

Asimismo, el talento extremeño derrochó alegría, arte, pasión
y fuerza de la mano de la joven cantaora Celia Romero, que demostró que, a
pesar de su corta edad, resplandece como las grandes figuras.

 

Al igual que el poderío de Pedro Cintas, a quien no le
faltó energía en una gala que se prolongó algo más de dos horas.

 

Del mismo modo, destacó la bailaora Carmen La Parreña,
con el genio que la caracteriza, así como el cantaor Paulo Molina, las
guitarras de Francis Pinto,  José Manuel
Moreno; Juan Vargas y Ramón Amador, en las «palmas y compás» Abel
Arana, Roberto Jaén, Pilar García y Félix Romero.

    


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