Para elaborar la confitura de frutas empezamos haciendo un almíbar con azúcar y agua y cocemos después en él la fruta entera o partida que queda así, sin triturar.Para elaborar la mermelada, ponemos la fruta lavada y partida a macerar junto con el azúcar en frío y lo cocemos después. Una vez cocido, lo trituramos con el pasapurés.
Si lo que queremos es una jalea, coceremos primero la fruta solo con agua, lo pasaremos por un tamiz y coceremos con azúcar el líquido resultante desechando la pulpa.
Según el tipo de fruta y el futuro uso que queramos hacer de la preparación, nos interesará una u otra técnica.
Volviendo a la confitura, la técnica es la misma para cualquier clase de fruta. Solo variará la cantidad de azúcar empleada (que irá en función del dulzor o acidez de la fruta) y el toque personal que queramos darle, añadiendo algún aroma, especia o licor al almíbar.
Para un kilo de cerezas – 750g de azúcar – 100g de agua – el zumo de un limón
Tarros herméticos previamente esterilizados (en el lavavajillas es muy cómodo hacerlo).
En cuanto al azúcar, yo le pongo la mínima para que adquiera consistencia y se conserve bien pero puede añadirse otra poca.
ELABORACIÓN
Una vez que el azúcar se ha disuelto en el líquido, lo llevamos al fuego y dejamos que hierva a fuego medio durante unos 6 o 7 minutos, revolviendo con cuchara de metal de vez en cuando.
Mientras, lavamos bien las cerezas y les quitamos los huesecillos, dejándolas partidas en dos mitades.
Existen en el mercado utensilios para eliminar los huesos pero si las cerezas están maduras no es necesario.
Una vez preparada la fruta, la introducimos en el almíbar y dejamos que cueza durante unos 35-40 minutos.
Mi costumbre es cocerlo durante ese tiempo y dejarlo enfriar en la misma cazuela.
Una vez frío, observo la consistencia y lo vuelvo a poner a cocer en función de lo que veo.
Si la consistencia ya me gusta, lo pongo a hervir solo para envasarlo, si no, lo dejo otros pocos minutos.
Envasado
Quede claro que ésta es la forma en que yo lo conservo pero hay otras:
Quede claro que ésta es la forma en que yo lo conservo pero hay otras:
Con la confitura hirviendo, relleno los tarros justo hasta el borde, los tapo enseguida, aprieto bien las tapas y los dejo enfriar. Esta operación suelo hacerla con guantes de goma o ayudándome con trapos viejos para no quemarme.
Una vez fríos, los lavamos si es necesario, los etiquetamos y los guardamos en un lugar oscuro y seco
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Puede conservarse así durante mucho tiempo.