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‘Hécuba’, la venganza más aplaudida de la historia

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Los 1.682 espectadores han premiado a ‘Hécuba’ –quinta obra de la 59 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida- con una gran aplauso que ha durado varios minutos, lo que ha denotado el gran éxito que ha tenido la obra entre el público.

[Img #29226]La venganza
no es más que la ausencia de justicia. Exactamente eso es lo que ha transmitido
al público una Concha Velasco envejecida y cuyo único objetivo ha sido el de vengar
la muerte de sus hijos.


Concha
Velasco ha encarnado a Hécuba, la reina destronada, anciana y esclava, una
interpretación en la que ha dejado ver unos registros muy poco vistos en esta
actriz vallisoletana.


Tras haber
buscado la justicia y no haberla hallado, se ha tomado la justicia por su
parte, convirtiendo su rabia y sufrimiento en venganza, pero una venganza
bañada en inteligencia, porque al final ha sido capaz de autoanalizarse y ver
todos aquellos errores que ha ido cometiendo en su camino.


[Img #29227]Al final de
la obra, Hécuba ha hecho una importante y majestuosa reflexión sobre la ética,
un discurso que ha cautivado a los 1.682 espectadores, que han aplaudido con
fuerza, intensidad y durante varios minutos.


Concha
Velasco no ha sido la única que ha brillado sobre el milenario escenario del
Teatro Romano de la capital extremeña, sino que sus compañeros de reparto han
tenido luz propia y han bordado cada uno de los papeles que les ha tocado
interpretar.


Con gran
maestría, Juan Gea ha dado vida al Rey Agamenón; José Pedro Carrión a Ulises;
Alberto Iglesias a Poliméster; Alberto Berzal a Taltibio; Luis Rallo al
fantasma; Pilar Bayona a la cautiva loca; María Isasi a Políxena; y Denise
Perdikidis, Marta de la Aldea y Zaira Montes han sido el coro griego.


Es digno de
alabar la interpretación de todos ellos, porque han encarnado a unos personajes
complejos, con gran densidad psicológica propia de unas personas que acaban de
atravesar uno de los mayores desastres de la humanidad: una guerra.


Sobre el
escenario también han estado 16 figurantes, en su mayoría extremeños, que han
dado vida a las cautivas troyanas y a los soldados griegos que han ejercido de
carceleros.


SE ABRE EL TELÓN


La
representación teatral ha comenzado con el sonido de las olas del mar
revolviéndose, sonido al que pronto se ha unido una música tétrica que ya
avisaba al espectador de la tragedia que se estaba fraguando, tragedia que
terminaría con una venganza movida por el sufrimiento de una madre.


Hécuba
(Concha Velasco), al principio de la obra, ha pronunciado ya unas palabras en
las que se ha podido comprobar su dolor interior: “Los dioses me mantienen viva
para que cada día vea tragedias mayores que las pasadas”.


[Img #29228]Por la boca
de Hécuba también han salido palabras tan conmovedoras como “estoy llena de
desgracias, pero junto a mis hijos las olvido”, frase con la que Hécuba ha
pedido clemencia para que no se diera muerte a su hija. Sin embargo, ha acabado
diciendo “no hay algo más doloroso que la muerte de un hijo”.


En ‘Hécuba’
han convivido la ética, la inteligencia, la venganza y la justicia, y todas
ellas han estado arropadas por una espectacular y sorprendente escenografía,
que ha convertido la arena del Teatro Romano de Mérida en un montón de ruinas y
escombros con el fin de recrear el escenario desolador que deja una batalla.


No ha faltado
ningún detalle: cadáveres humanos esparcidos por el escenario y ruinas, todo ello
acompañado de dos grandes hogueras de las que tan sólo brotaba el humo final
que dejan las inútiles guerras que se justifican con la excusa de ‘servir a la
patria’.


LA JUSTICIA


Tras el
estreno, ya se puede decir que el director de ‘Hécuba’, José Carlos Plaza, ha
llevado a buen puerto este gran proyecto teatral. Su gran trayectoria se ha
dejado notar en la fabulosa puesta en escena de esta tragedia griega de
Eurípides, puesta en escena en la que ha querido resaltar que la justicia –en
su sentido más profundo- se encuentra en cada uno de nosotros.


[Img #29229]Uno de los
mensajes de esta intensa representación ha sido el de mostrar al público el
sufrimiento causado a mujeres y niños con prácticas violentas. Esta situación
se puede extrapolar a la actualidad, ya que de no corregirse el sufrimiento de
los más vulnerables, éstos pueden acabar rebelándose contra un sistema que
consideran injusto.


Por tanto, la
conclusión que se ha podido extraer de la representación teatral es que lo que
transforma a Hécuba en vengativa es la injusticia, la traición y la ignorancia,
algo a lo que no está muy ajena la sociedad del siglo XXI.


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