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Una tinaja de barro de Arroyo de la Luz, pieza del mes en el Museo de Cáceres

CULTURA
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El Museo de Cáceres expone como Pieza del Mes de agosto una tinaja de barro de Arroyo de la Luz con tapadera de madera, que figuró en el Pabellón de Extremadura de la Exposición Iberoamericana de 1929.

[Img #29309]El
Pabellón de Extremadura en la Exposición  Iberoamericana de Sevilla
(1929-1930) fue, como en el caso de las otras regiones y naciones participantes
en aquel acontecimiento, una gran ocasión para mostrar al mundo las riquezas
culturales, artísticas y económicas de nuestra comunidad.

 

Una
de las grandes atracciones del Pabellón extremeño fue una cocina al estilo
tradicional de la región, que se equipó con los enseres más usuales y con
dieciséis maniquíes vestidos según era típico en varias localidades de las dos
provincias.

 

Dicha
cocina fue el precedente inmediato de la que cuatro años después se montó en
este Museo y se mantuvo hasta 1972. De hecho, gran parte de los objetos
expuestos en la cocina sevillana pasaron directamente a la colección del Museo
de Cáceres tras el cierre de la Exposición el 21 de Junio de 1930.

 

Tal
es el caso de la pieza que se expone este mes, una tinaja para el agua con su
tapadera de madera, que el comité cacereño adquirió, junto con otras dos
tinajas idénticas y sus respectivas tapaderas, así como otras piezas para la
cocina, poco antes de la inauguración del Pabellón en el conocido
establecimiento “El Precio Fijo”, que regentaba la familia del artista Eulogio
Blasco, y estaba situado en el número 5 de la Calle Alfonso XIII (hoy
Pintores).

 

Dicho
establecimiento funcionó entre 1827 y 1972. Las tinajas costaron 3,50 pesetas
cada una y con toda probabilidad proceden de uno de los más de cuarenta alfares
que entonces funcionaban en la cercana población de Arroyo de la Luz; como cabe
imaginar, en aquel año 1929 éste era un objeto de uso común en los hogares, aún
sin agua corriente, destinado al almacenaje del agua necesaria para la higiene
y el consumo alimenticio.

 

DIPUTACIONES PROVINCIALES


Para
la construcción y montaje expositivo del Pabellón, las Diputaciones
provinciales de Cáceres y Badajoz crearon sendos comités, que se coordinaron a
través de varias reuniones conjuntas, y financiaron al cincuenta por ciento
todos los gastos necesarios para dignificar la representación extremeña.

 

Por
su aportación, los personajes más sobresalientes en el comité de Badajoz son
Adelardo Covarsí y Enrique Segura Otaño, mientras que por parte cacereña
destacaron Miguel Ángel Orti Belmonte, a la sazón director del Museo de
Cáceres, y Antonio C. Floriano Cumbreño.

 

Pero
entre todos ellos hay que citar el nombre de Ángel Rubio Muñoz-Bocanegra,
profesor del Instituto de Cáceres que trabajó como delegado oficial en Sevilla
durante todo el proceso de creación y equipamiento del Pabellón,
correspondiéndole a él la disposición de la mayor parte de las obras de arte y
piezas que se expusieron.

 

Ángel
Rubio fue después Diputado a Cortes en la República, y como tal uno de los grandes
impulsores de la instalación del Museo de Cáceres en la Casa de las Veletas; tras la
guerra civil tuvo que marchar a Panamá, donde se le considera el padre de la
moderna geografía en aquel país.

 

 

 

 

 


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